Enseñen y testifiquen de Jesucristo con más frecuencia y más poder, dice el élder Andersen a los maestros

 
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Por Rachel Sterzer Gibson, Church News

Una de las mujeres más influyentes en la vida del presidente Andy Díaz, presidente de la Estaca Salt Lake Riverside, fue su maestra de Seminario, la hermana Martha Williams.

Después de unirse a la Iglesia a los 13 años en Tampa, Florida, el presidente Díaz comenzó a asistir a su clase de Seminario matutino todas las mañanas a las 6:00 h. “Ella fue quien esencialmente me ayudó a aprender el Evangelio”, dijo el presidente Díaz.

También asistió a esa clase Kathy Williams, la hija de Martha Williams y futura esposa del élder Neil L. Andersen, del Cuórum de los Doce Apóstoles.

Al dirigirse a los maestros y administradores dentro del Sistema Educativo de la Iglesia durante una transmisión devocional el 11 de junio, el élder Andersen invitó al presidente Díaz a hablar sobre su suegra como un ejemplo del impacto que un maestro de Seminario o Instituto puede tener en la vida de una persona joven.

Martha Williams enseñó las doctrinas puras de Cristo y nunca terminó una clase sin compartir su testimonio, dijo el presidente Díaz. “Ella te envolvía en el amor que tenía por el Evangelio”.

Durante la transmisión, el élder Andersen compartió palabras de agradecimiento, consejo y aliento para las decenas de miles de maestros de Seminario e Instituto de todo el mundo que, como Martha Williams, buscan fortalecer la fe de la nueva generación. En sus comentarios, titulados “El poder de Jesucristo y la doctrina pura”, él ofreció dos sugerencias para que los maestros las tuvieran en cuenta.
 

Enseñen y testifiquen de Jesucristo con más frecuencia y más poder

El élder Andersen citó las palabras del presidente Russell M. Nelson de esta última conferencia general, “Cualquier pregunta o problema que tenga, la respuesta siempre se encuentra en la vida y las enseñanzas de Jesucristo. Aprendan más acerca de Su expiación, Su amor, Su misericordia, Su doctrina y Su evangelio restaurado de sanidad y progreso”.

Él estuvo recientemente en el edificio de Seminario de sus nietos y quedó impresionado por las muchas imágenes y palabras del Salvador que había en las paredes. “Hay un poder extraordinario en las palabras de Jesucristo”, dijo el élder Andersen.

Si alguna vez un maestro se pregunta qué decir, “hable las palabras del Salvador”, alentó el élder Andersen. “Hable de Sus experiencias; hable de Sus parábolas; hable las palabras de las Escrituras y de los profetas que dan testimonio de Él. Al enseñar y testificar de Jesucristo, el Espíritu Santo confirmará en los corazones de nuestros jóvenes discípulos la verdad de Su vida y enseñanzas con un poder mucho más duradero que el poder de nuestra propia enseñanza”.
 

Mantengan la doctrina pura y simple

Centrar la enseñanza en el Padre Celestial, Jesucristo y Su doctrina revelada para ayudar a los jóvenes a aumentar su fe en Ellos, convertirse a Ellos y recibir Sus bendiciones prometidas, dijo el élder Andersen a los maestros. “La doctrina de Cristo se encuentra en las Escrituras y en las enseñanzas de los profetas, a quienes corresponde comunicar la voluntad del Señor”.

El élder Andersen reiteró sus enseñanzas de la conferencia general de octubre de 2012. “[La doctrina] no está oculta en un párrafo oscuro de un discurso. Los principios verdaderos son enseñados con frecuencia y por muchos. Nuestra doctrina no es difícil de encontrar”.

Al mantener la doctrina del Señor pura y comprensible, tenga cuidado de evitar los errores que provienen de la especulación y las ideas personales no doctrinales, advirtió el élder Andersen. Cuando surjan preguntas que no están claramente explicadas en la doctrina de Cristo, estén dispuestos a decir, “No sé nada de eso. Pero esto es lo que sí sé”.

Tengan cuidado de no exagerar y asegúrense de compartir las escrituras o declaraciones en el contexto en el que fueron recibidas, aconsejó él. “Clara, precisa y sencilla es la manera divina de enseñar”.

Las verdades del Evangelio deben compartirse en un entorno que acoge y fomenta el Espíritu, dijo el élder Andersen. “No podemos forzar al Espíritu. Oramos e invitamos al Espíritu, pero no intentamos fabricar artificialmente una experiencia espiritual”.

Recordando a sus oyentes del amor que el presidente Díaz sintió por la hermana Williams, el élder Andersen enseñó, “Invitamos al Espíritu cuando enseñamos con amor, paz, bondad, mansedumbre y fe”.

Con autoridad apostólica, el élder Andersen bendijo a los maestros para que sus mentes y corazones “se llenen del amor, la misericordia, las enseñanzas y una profunda reverencia por el incomparable sacrificio expiatorio de nuestro Señor Jesucristo. Los bendigo, si es su deseo, para que aumente su capacidad de enseñar la doctrina de Cristo con pureza y poder, y para que vean y sientan el testimonio confirmador del Espíritu Santo sobre sus buenos alumnos”.

Su esposa, la hermana Kathy Andersen, lo acompañó en el devocional. El élder Clark G. Gilbert, comisionado de educación de la Iglesia y Setenta Autoridad General, presentó al apóstol. También asistieron los presidentes de todas las instituciones dentro del Sistema Educativo de la Iglesia y otros altos administradores dentro de Seminarios e Institutos de Religión.

El devocional se tradujo a aproximadamente 40 idiomas y está disponible para verlo en Broadcasts.ChurchofJesusChrist.org y en la Biblioteca del Evangelio.