2512-05-020.jpg
Nota de prensa

Estudien la vida de Jesús esta Navidad, dijo el presidente Christofferson en BYU

“Su condescendencia, que culminó en Su Expiación, da esperanza, dirección y propósito a nuestra vida”, dijo el Apóstol

El presidente D. Todd Christofferson, de la Primera Presidencia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, extendió una invitación a reflexionar cada Navidad y Pascua de Resurrección sobre la vida y la misión terrenales de Jesucristo y, lo más importante, sobre Su “condescendencia para salvarlos”.

“Debemos estudiar Su vida y emular Su discipulado”, dijo. “Su condescendencia, que culminó en Su Expiación, da esperanza, dirección y propósito a nuestra vida”.

Al hablar durante un devocional el martes 2 de diciembre de 2025 en el Centro Marriott del campus de la Universidad Brigham Young, el presidente Christofferson invitó a los oyentes a que también “piensen en su propia condescendencia, su propósito y cómo ustedes también, habiendo descendido a un mundo caído, pueden con ‘buen ánimo’ elevarse por encima del mundo y vencerlo junto con Cristo”.

Condescendencia

El presidente Christofferson explicó que condescendencia significa “descender voluntariamente de un rango o dignidad superior a un nivel o estatus inferior”.

Jesús, “un ser divino con inteligencia y poder suficientes para crear esta tierra”, dejó a un lado Su gloria y poderes para descender y vivir como hombre mortal, experimentando hambre, privación, fatiga, dolor, persecución y rechazo.

“Ciertamente es por designio divino que el Hijo de Dios vivió una vida y llevó a cabo un ministerio que no solo nos dice, sino que nos muestra el camino del discipulado, el camino a Dios”, enseñó.

Su disposición a vivir en este mundo caído y mostrarnos cómo vivir Su Evangelio en la vida cotidiana “es verdaderamente un acto de amor genuino”.

Explicó que, al igual que Jesús, nosotros también estamos experimentando una condescendencia personal. Nuestro espíritu vivía con Dios y nuestro nacimiento nos separó de Su presencia. Al igual que Jesús, estamos pasando por una experiencia terrenal en un mundo caído.

“Están aquí, en primer lugar, para aplicar Su don divino del arrepentimiento en su vida y mediante Su gracia vencer el pecado y la muerte; y en segundo lugar, para traer a otras personas a Cristo para que reciban ese mismo don del arrepentimiento y la vida eterna”, dijo.

Perseverar hasta el fin

Para que Su condescendencia cumpliera su propósito completo, Jesucristo tuvo que perseverar hasta el fin, lo cual no fue fácil. Usando las palabras del Salvador, “[este] padecimiento […] hizo que yo, Dios, el mayor de todos, temblara a causa del dolor y sangrara por cada poro y padeciera, tanto en el cuerpo como en el espíritu, y deseara no tener que beber la amarga copa y desmayar” (Doctrina y Convenios 19:18).

Para que nuestra condescendencia cumpla su propósito completo, nosotros también debemos perseverar hasta el fin, dijo el presidente Christofferson.

La importancia de perseverar hasta el fin radica en la necesidad no solo de creer en Cristo, sino de desarrollar un carácter semejante al de Él para poder vivir con Él y con el Padre Celestial eternamente.

Perseverar hasta el fin “tiene que ver con lo que estamos llegando a ser”, dijo. “Nuestro Juicio Final medirá lo que hemos llegado a ser y, más importante aún, lo que hemos demostrado que aún podemos llegar a ser”.

También citó al presidente Dallin H. Oaks, quien dijo: “El Juicio Final no es simplemente una evaluación de la suma total de las obras buenas y malas […] que hemos hecho. Es un reconocimiento del efecto final que tienen nuestros hechos y pensamientos, o sea, lo que hemos llegado a ser. […] Los mandamientos, las ordenanzas y los convenios del Evangelio no son una lista de depósitos que tenemos que hacer en alguna cuenta celestial. El Evangelio de Jesucristo es un plan que nos muestra cómo llegar a ser lo que nuestro Padre Celestial desea que lleguemos a ser” (“El desafío de lo que debemos llegar a ser”, Liahona, enero de 2001).

Aunque nuestro sufrimiento, sacrificios y desafíos terrenales no se pueden comparar con las experiencias de Jesús, al igual que Él, podemos contar con la ayuda de Dios, los ángeles y Su Espíritu Santo. Y “tenemos la gracia infinita de Cristo para perdonarnos y santificarnos del pecado”, dijo.

2512-05-078.jpg
2512-05-078.jpg
El presidente D. Todd Christofferson, de la Primera Presidencia, habla en un devocional para los alumnos de la Universidad Brigham Young en el Centro Marriott en Provo, Utah, el martes 2 de diciembre de 2025.
Download Photo

Arrepentimiento

El presidente Christofferson enseñó que podremos seguir avanzando hacia la vida eterna incluso después de morir. “El don del arrepentimiento de Cristo nos permite comenzar de nuevo y seguir adelante cada día”, dijo, “para progresar de gracia en gracia, para sacrificar con confianza lo menor por lo mayor, para vencer y, con Él, obtener la inmortalidad y la vida eterna”.

No hay límite en cuanto a la cantidad de veces que podemos arrepentirnos y buscar el perdón de Dios, dijo.

El presidente Christofferson concluyó con la exortación a “tom[ar] su cruz cada día y s[eguir a Jesús]” (Lucas 9:23) fielmente hasta el fin. Testificó que “Jesús nació de María, que vivió en la tierra, que vive ahora, el Dios de nuestra redención”.