Comunicado de Prensa

La erradicación de la pobreza 2013

El 17 de octubre de 2013 se celebra el Día Internacional de la Erradicación de la Pobreza. Una definición de la pobreza es “el estado de aquel que no posee una cierta cantidad de bienes materiales o dinero."  La pobreza absoluta o indigencia se refiere a la privación de las necesidades humanas básicas, que normalmente incluye alimentos, agua, saneamiento, ropa, vivienda, atención de salud y educación. La pobreza relativa se define contextualmente como la desigualdad económica en la ubicación o en la sociedad en la que viven las personas”. 

Desde el inicio de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días el cuidado de los pobres y necesitados ha sido uno de los propósitos divinos de la Iglesia. En 1842 José Smith, primer presidente de la Iglesia, organizó la Sociedad de Socorro para las mujeres de la Iglesia con el propósito principal de proveer "alivio" al sufrimiento de los miembros y a todas las personas. En abril de 1936, durante la gran depresión, la Iglesia organizó un programa de bienestar, hoy conocido como los Servicios de Bienestar, para ayudar a satisfacer las necesidades de sus miembros. El propósito es ayudar al recipiente a desarrollar la autosuficiencia.

La autosuficiencia es la capacidad, el compromiso y el esfuerzo de proporcionar los elementos espirituales y temporales indispensables para sostener la vida de uno mismo y de la familia. Conforme los miembros llegan a ser autosuficientes, también tienen mayor capacidad para servir y cuidar de los demás.

En 1936, la Primera Presidencia de la Iglesia dijo: “Nuestro propósito principal era establecer… un sistema mediante el cual se acabara con la maldición de la ociosidad, se abolieran los daños de la limosna y se establecieran una vez más entre nuestra gente la independencia, la industria, la frugalidad y el respeto a sí mismo. El propósito de la Iglesia es ayudar a la gente a ayudarse a sí misma. El trabajo ha de ocupar nuevamente el trono como principio gobernante en la vida de los miembros de nuestra Iglesia”. 

Si los miembros de la Iglesia están haciendo todo lo que pueden para proveer para sí mismos pero no logran satisfacer sus necesidades básicas, por lo general deben recurrir primeramente a su familia en busca de ayuda. Si esto no es suficiente o posible, la Iglesia está lista para ayudar.

Mediante varios programas humanitarios la Iglesia ayuda a los necesitados alrededor del mundo. Los proyectos humanitarios están financiados por las donaciones de los miembros de la Iglesia y de otras personas. Cien por ciento de las donaciones se usan directamente para ayudar a los indigentes. Las donaciones materiales provienen de artículos donados por los miembros de la Iglesia y por otras personas.

Como Iglesia tomamos el ejemplo de Jesucristo quién “anduvo haciendo bienes”. (Hechos 10:38)

 

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