El físico Albert Einstein dijo: “Si no fuera físico, probablemente sería músico. A menudo pienso en música. Vivo mis sueños en música. Veo mi vida en términos musicales. No puedo decir si habría podido hacer alguna pieza creativa de importancia en la música, pero sí sé que lo que más alegría me da en la vida es mi violín”.
La música puede enriquecer la vida. Le puede edificar e inspirar, y ayudarle a acercarse a Dios y a sus seres queridos. La música tiene una profunda influencia en la mente, el alma y el comportamiento. Boyd K. Packer, apóstol de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, explicó que “la música… puede sernos de ayuda aun cuando no se trate de una ocasión pública. Por ejemplo, cuando se presenta [una] tentación, podemos eliminar su efecto tarareando o repitiendo las palabras de [una canción] que nos guste”.
- La música en la vida
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Temple Square is always beautiful in the springtime. Gardeners work to prepare the ground for General Conference. © 2012 Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved. | 1 / 2 |
Cualquier persona que haya escuchado música comprende bien el impacto que puede tener en la vida. La música positiva e inspiradora puede provocar sentimientos de felicidad y paz. Por otra parte, música negativa y malsana puede motivar pensamientos y comportamiento no apropiados. Al igual que con otros tipos de medios, se recomienda que seamos cuidadosos con nuestras preferencias musicales.
La flautista española Magdalena Martínez comentó, “la música es el arte más directo, entra por el oído y va al corazón”.
Dallin H. Oaks, otro apóstol de la Iglesia, hablando de himnos religiosos, dijo: “la música sagrada tiene la capacidad única de expresar nuestros sentimientos de amor por el Señor; ese tipo de comunicación es una maravillosa adición al acto de adorar. Quienes tienen dificultad para expresar con palabras los sentimientos de devoción, pueden unirse para comunicarlos por medio de las inspiradas palabras de nuestros himnos".
José Smith, primer presidente de la Iglesia, reveló que el Señor aprueba los himnos, diciendo “porque mi alma se deleita en el canto del corazón; sí, la canción de los justos es una oración para mí, y será contestada con una bendición sobre su cabeza” (Doctrina y Convenios 25:12).
En el folleto “Para la fortaleza de la juventud”, preparado por la Iglesia para ayudar a los jóvenes a vivir normas correctas, se encuentra lo siguiente: “Elige con cuidado la música que escuches; presta atención a lo que sientas cuando la estés escuchando. Cierta música tiene mensajes malos y destructivos. No escuches música que fomente la inmoralidad o ensalce la violencia, ya sea por medio de su letra, su ritmo o intensidad. No escuches música que utilice lenguaje grosero u ofensivo ni que promueva prácticas perversas. Esa clase de música puede entorpecer tu sensibilidad espiritual.
“Aprende los himnos y cántalos. Los himnos pueden elevar tu espíritu, llevarte a realizar acciones correctas y ayudarte a resistir las tentaciones del adversario.”
Piotr Ilich Tchaikovsky se expresó así: "En verdad, si no fuera por la música, habría más razones para volverse loco".