Comunicado de Prensa

La navidad es tiempo de servir tal como Jesucristo sirvió

Dos ciclos influyen en nuestras vidas: ciclos virtuosos y círculos viciosos. Círculos viciosos comienzan con acción autodestructiva que trae una consecuencia negativa. Esta consecuencia lleva a la perpetuación de otra acción autodestructiva, que naturalmente trae una consecuencia negativa, llevando a una espiral descendente que es difícil escapar. Ciclos virtuosos tienen impulso similar, aunque la trayectoria del ciclo es hacia arriba.

Las bendiciones de servicio están disponibles todo el año, aunque el tema recibe una atención especial en la época navideña. Servicio a los demás es generalmente inconveniente, a menudo incómodo, incluso a veces vergonzoso y requiere esfuerzo proactivo. Sin embargo, existe gran ironía en servicio. Cuanto más se da a los demás, el que da servicio se magnifica. El viejo adagio resulta ser cierto: cuanto más usted da, más recibe y más desea dar. Se convierte en un ciclo virtuoso y maravilloso. El impacto final de servicio a menudo no es conocido o entendido por el donador.

El servicio a los demás es una característica importante de los seguidores de Jesucristo. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días brinda oportunidades organizadas para que los miembros de la Iglesia den de su tiempo y talentos para bendecir a los necesitados. 

Al iniciarse las fiestas de Navidad, todos deberíamos abrir nuestro corazón para recordar una vez más el servicio que Cristo dió como el Salvador del mundo, que vive, y que mediante Él, nosotros volveremos a vivir. Mediante tanto servicio El se magnificó como ningún otro en la historia del mundo.  No existe mejor época que la de navidad para emular el ejemplo de Jesús de servir al prójimo. Como dijo el apóstol en Hechos: "Jesús de Nazaret ...anduvo haciendo bienes", también nosotros debemos servir a otros y especialmente a los necesitados.

El presidente de la Iglesia, Thomas S. Monson, señaló que: “La Navidad es lo que nosotros hacemos de ella. A pesar de todas las distracciones, podemos asegurarnos de que Cristo sea el centro de nuestra celebración. Si no lo hemos hecho ya, podemos establecer tradiciones navideñas para nosotros y para nuestra familia que nos ayuden a captar y mantener el Espíritu de Cristo”. 

 

 
 

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