Los Santos de los Últimos Días conmemoran el centenario de la primera congregación hispana en el valle del Lago Salado

El viernes 18 de agosto de 2023, más de 500 personas se reunieron en Salt Lake City para conmemorar el centenario de la primera congregación hispana de Santos de los Últimos Días en Utah. 

Se llevó a cabo un devocional en el Instituto de Religión de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días adyacente a la Universidad de Utah. El élder Hugo E. Martínez, de la Presidencia del Área Utah, fue el orador principal. Compartió una breve historia de la Rama Mexicana de Salt Lake. 

“Me ha encantado estudiar la historia de este barrio a medida que crecía a partir de un pequeño grupo”, dijo el élder Martínez. “El Señor desea que todos reciban el Evangelio en su propio idioma […]. Cada vez que podemos reunirnos y tener un festival cultural y de baile, junto con una celebración histórica, [eso] nos une a todos. Y nos deleitamos escuchando la música de todos los países que están siendo aquí representados por el canto y el baile”. 

La celebración incluyó exposiciones en las que se rindió tributo a la historia y a las contribuciones de los primeros Santos de los Últimos Días mexicanos que ayudaron a establecer esa primera congregación hispana. Los números musicales reflejaron el crecimiento de la Iglesia en Utah, con actuaciones de varios países, como Perú, México, Bolivia, Chile, Venezuela y Colombia. 

En la actualidad hay más de 180 congregaciones de habla hispana de la Iglesia de Jesucristo en el valle del Lago Salado. Cada uno puede trazar sus raíces hasta la Rama Mexicana de Salt Lake, establecida en mayo de 1923. La rama, que más tarde llegó a ser el Barrio Lucero, inicialmente sirvió a los Santos de los Últimos Días mexicanos estadounidenses que deseaban adorar en su idioma natal. Las reuniones se llevaban a cabo en un restaurante propiedad del miembro de la Iglesia Juan Ramón Martínez. 

Carlos Torres creció asistiendo a la Rama Mexicana de Salt Lake en la década de 1950. 

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“Es divertido recordar”, dijo Torres mientras miraba fotografías antiguas de los primeros Santos de los Últimos Días latinos, entre ellos sus padres adoptivos, Dolores y Rafael Torres. “Es gratificante ver a los miembros de la rama […] y reflexionar sobre su fe”. 

Carlos, cuyo padre biológico es irlandés y su madre mexicana, dijo que no fue solo su fe la que se fortaleció en la Iglesia, sino también su conexión con sus raíces mexicanas. 

“Es la bendición más grande de mi vida”, dijo Carlos Torres. “Por eso sigo a mi Salvador, el Señor. Y lo que creo es gracias a lo que aprendí en esa rama”. 

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Esther Chidester asistió al evento con su hermano, su primo y su padre, Juan C. Becerra, quien sirvió en el obispado del Barrio Lucero en la década de 1970. 

“Es un gran gozo ver imágenes de familiares”, dijo Chidester. “Eran nuestra familia porque nuestros parientes estaban lejos cuando crecíamos en el Barrio Lucero”. 

Lorena Valiente, miembro actual del Barrio Lucero, ayudó a organizar el evento. 

“Creemos que todas las personas que han venido [a los Estados Unidos] de diferentes países se sienten identificadas al poder adorar a Dios [en su propio idioma] en este país”, dijo Valiente.