Temple Square is always beautiful in the springtime. Gardeners work to prepare the ground for General Conference. © 2012 Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved. | 1 / 2 |
A través de la expiación de Jesucristo y el poder de su resurrección, todos los hijos de Dios serán resucitados para vida eterna. Él nos dio a su Hijo Amado como nuestro Salvador para que eso sea posible. El Salvador en Getsemaní y en el Gólgota pagó el precio de nuestros pecados para que pudiéramos ser limpios. Esa purificación la pueden recibir aquellos que tienen fe en Jesucristo.
La oscuridad de la muerte es disipada por la luz de la verdad revelada. "Yo soy la resurrección y la vida", dijo el Maestro. "El que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá: Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente" (Juan 11:25).
La seguridad de la vida después de la muerte ofrece la paz prometida por el Salvador cuando dijo a sus discípulos: "La paz os dejo, mi paz os doy: no como el mundo la da, yo os la doy. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo "(Juan 14:27).