La Primera Presidencia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha anunciado el lugar y el cambio de nombre de un templo que se construirá en el área de North Dallas, Texas. Este templo fue anunciado por primera vez el 2 de octubre de 2022 por el Presidente de la Iglesia, Russell M. Nelson, como el Templo de Prosper, Texas. El nombre se ha cambiado a Templo de McKinney, Texas.
Este templo se construirá en un terreno de 3,3 hectáreas ubicado en Stacy Road, adyacente hacia el este a un centro de reuniones existente en 651 East Stacy Road, en Fairview, Texas. Los planes contemplan un templo de varios pisos de aproximadamente 4000 metros cuadrados. Este será el primer templo de la ciudad.
Además del Templo de McKinney, Texas, el estado de la estrella solitaria tiene otras siete Casas del Señor en funcionamiento, en construcción o anunciadas. Estos son los templos de Austin, Dallas, Fort Worth, Houston, Lubbock, San Antonio y McAllen.
Ubicado en el centro-sur de los Estados Unidos, Texas recibió misioneros de la Iglesia de Jesucristo por primera vez en 1843. En 1898, unos 300 miembros de la Iglesia se asentaron en tierras compradas por la Iglesia en el noreste de Texas, y se convertirían en la colonia de Kelsey.
El crecimiento de la Iglesia en Texas ha sido rápido en las últimas décadas, con más de 132 000 Santos de los Últimos Días en 1985, hasta poco más de 210 000 en el año 2000. En Texas residen actualmente más de 378 000 miembros de la Iglesia que pertenecen a unas 750 congregaciones.
Los Santos de los Últimos Días consideran que los templos son Casas del Señor y los lugares más sagrados sobre la tierra. Los templos son diferentes de los centros de reuniones (capillas). Todas las personas son bienvenidas a asistir a los servicios de adoración dominicales y a otras actividades que se llevan a cabo entre semana en los centros de reuniones locales. El propósito principal de los templos es que los miembros fieles de la Iglesia de Jesucristo participen en ceremonias sagradas, tales como matrimonios, que unen a las familias para siempre, y bautismos por representante a favor de antepasados fallecidos que no tuvieron la oportunidad de ser bautizados en vida.