Cada 17 de junio en Guatemala y El Salvador se celebra el “Día del Padre”, como un homenaje a los padres de familia, por su amor, esfuerzos y cuidados. La figura paterna tiene un gran valor e importancia en la sociedad y para La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es importante reconocer el rol de un padre como una asignación divina.
En La Familia, Una Proclamación para el Mundo, se lee: “Por designio divino, el padre debe presidir sobre la familia con amor y rectitud y tiene la responsabilidad de protegerla y de proveerle las cosas necesarias de la vida”.
A continuación, conoce las experiencias de padres guatemaltecos y salvadoreños que son un ejemplo de fe, obediencia y fortaleza en sus hogares.
Omar Ordóñez, Guatemala, se siente bendecido al lado de su esposa y sus tres hijas, comparte que “El ser padre es una gran bendición del Señor para formar una familia y tenerla por la eternidad. Es un privilegio y una gran responsabilidad de educar y llevarlos de regreso con el Padre Celestial. Por lo que debemos de ser un ejemplo de fe”.
Guillermo García, Guatemala, es un padre joven de dos pequeñas niñas que para el son lo más bello, puro y sagrado que tiene en la vida. Guillermo dijo:
“La mejor bendición y privilegio que he recibido del Padre Celestial son mis hijas de 3 y 1 año. Ellas son creativas y ocurrentes; disfruto cada momento a su lado. Anhelo ver a mis hijas llegar a ser mujeres de bien, temerosas de Dios, fuertes, luchadoras, exitosas y que inspiren. Estoy muy agradecido por experimentar una pequeña porción del amor incondicional, que el Padre Celestial tiene por nosotros”.
Estuardo Zelada, de El Salvador, es un padre joven de un hijo pequeño, él siente que la responsabilidad de ser papá en esta época es más grande que en la de otros tiempos pues la vida de los niños hoy viene rodeada de experiencias únicas.
“Para mi ser padre representa un tesoro inimaginable el tener un niño con el potencial de llegar a ser un digno representante de Jesucristo y un adulto de bien. El tener el Evangelio en mi vida es una gran bendición para estos momentos. Me he sentido inspirado por los ejemplos de muchos padres que encontramos en las escrituras. En mi experiencia personal no pude crecer junto a mi padre terrenal, pero reconozco que mi Padre Celestial está a mi lado y me ha ayudado, Su amor me enseña cómo puedo ser un mejor padre y ser merecedor de ese título tan sagrado”.
Otro ejemplo es Giovanni García, también salvadoreño, padre de tres jóvenes, un adolescente y dos jóvenes adultas. Él comenta:
“Me siento muy feliz de ver que mis hijos se han desarrollado física y espiritualmente. El primer día que los vi a cada uno de ellos mi corazón cambio y mi mente se llenó de ideas, reafirmé que mi Padre Celestial me ama al enviarme espíritus especiales que alegrarían mi vida, aprendí a cuidarlos, amarlos y a enseñarles el Evangelio para que juntos regresemos a la presencia de Dios. La oración ha sido una guía para poder cumplir con mi designio divino. He tenido muchas experiencias bellas con ellos como ver a mis hijos con sus logros académicos y eclesiásticos. Como padre me esfuerzo por ayudar a mis hijos a mantener la mira puesta en objetivos correctos y que sepan que nuestro Padre Celestial estará con ellos a pesar de todas las vicisitudes que ocurran a su alrededor y que ahora aquejan al mundo”.
En la Iglesia también hay padres que son miembros nuevos, es el caso de Byron Torres, de El Salvador, que comparte su experiencia de haber sido bautizado por su hijo mayor.
“Yo no era miembro de la Iglesia y una semana antes de que mi hijo volviera de la misión, me visitaron los misioneros, recibí las charlas y el día que mi hijo regresó de la misión, me bautizó. Pude ver en sus ojos la felicidad y me dijo ‘papá he orado al Padre Celestial por esto’. El haber aceptado el Evangelio me hace saber que el Padre Celestial ayudó a mis hijos para perseverar, pues ellos y mi esposa han orado por muchos años para que yo me bautizara. Me perdí de muchas bendiciones por no compartir con mi familia en la Iglesia, no pude acompañar a mi primer hijo cuando se fue a la misión, pero el Padre Celestial, me dio la oportunidad de poder vivirlo con mi segundo hijo, son momentos que como padre al ver que tus hijos van a la misión es un gran regalo y satisfacción que sientes y dices: valió la pena tanto sacrificios”.
Ser padre de cinco hijos ha requerido un gran esfuerzo y ayuda del Señor para Fidel Bonilla, salvadoreño, que pasó 14 años seguidos levantándose a las 4:00 a.m. para llevar a sus hijos a las clases de Seminario. Además de hacer tiempo en el día para llevarlos a sus clases escolares y de deporte, reconoce el apoyo de su esposa en todos esos momentos.
“Sin un testimonio de Jesucristo y Su Iglesia jamás hubiera tenido la visión de formar una familia, vengo de un hogar donde fui enseñado en la fe y el amor a Dios, mis padres se unieron a la Iglesia cuando tenía apenas un año, me enseñaron los primeros principios y ordenanzas del Evangelio. Gracia a ese conocimiento, el Señor me ha bendecido, comenzando con mi familia, siendo padre reconozco que mi fuerza es muy pequeña y que el Señor hace todo, pero siempre estoy ahí tratando de hacer mi parte”.
El presidente Henry B. Eyring, miembro de la Primera Presidencia, dijo: “De modo que un padre… sabio entenderá que la oportunidad reside en guiar a cada hijo, a aceptar más plenamente la invitación del Señor de venir a Él”.