El 24 de enero de 2022 se celebra por cuarto año consecutivo el Día Internacional de la Educación, una fecha proclamada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el objetivo reconocer que la educación desempeña un papel fundamental en la creación de sociedades sostenibles y resilientes; aumenta la productividad de las personas y el potencial de crecimiento económico, desarrolla las competencias necesarias para el trabajo decente y las aptitudes profesionales necesarias para el desarrollo sostenible.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días reconoce la importancia de la educación e insta a sus miembros a “... buscad conocimiento, tanto por el estudio como por la fe” (Doctrina y Convenios 88:118).
Desde el 2001 la Iglesia creo el programa de préstamos del Fondo Perpetuo para la Educación (FPE) que ayuda a miembros de la Iglesia de todas las edades a adquirir una formación académica que les permita obtener un empleo. Este programa ha influido en la vida de más de 90 mil personas en todo el mundo. Por medio del pago de préstamos y de generosas donaciones, este fondo continuará edificando a personas y familias para que salgan de la pobreza y sean autosuficientes durante décadas.
Una de las personas beneficiadas es Rigel de León, de la Ciudad de Guatemala, quien dijo estar agradecida por esa ayuda que le permitirá alcanzar su meta educativa y profesional. “El fondo perpetuo ha sido una bendición para mí. Me ha ayudado en la formación de mi carrera. Pude estudiar lo que tanto amo, Psicología. Gracias al fondo perpetuo, estoy culminando mi carrera y llegando a la meta. Estoy agradecida con mi Padre Celestial por la existencia de este programa”, añadió Rigel.
El presidente Russell M. Nelson dijo “Por el carácter sagrado que tiene para nosotros el intelecto humano, consideramos que el obtener una educación es una responsabilidad religiosa. Aun así, la capacidad individual y las oportunidades difieren mucho. Creo que, para adquirir una educación, tiene más influencia el deseo personal que la institución académica a la que se asista y es más motivadora la fe que la capacidad que se posea”.