Desde 1980, la atención que la comunidad internacional presta a la importancia de la familia ha crecido. La Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en su resolución A/RES/66/292 del 17 de septiembre de 2012 declaró el 1 de junio Día Mundial de las Madres y de los Padres, para reconocer su labor y honrar su trabajo en todo el mundo.
La ONU destaca la importante participación de los padres en la educación de los niños, el Día Mundial de las Madres y los Padres reconoce también que la familia tiene la responsabilidad principal en la alimentación y en la protección de los niños. Para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, los niños deben crecer en un ambiente familiar y en una atmósfera de felicidad, amor y comprensión.
En el último año, derivado de la pandemia de COVID-19, la vida familiar se alteró derivado del cierre de escuelas, el teletrabajo, distanciamiento físico, entre otras causas, lo que permitió fortalecer las relaciones entre los padres y las madres con sus hijos para construir relaciones pacíficas de amor y respeto.
En “La Familia, una proclamación para el mundo” La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días enseña que: “Los padres tienen el deber sagrado de criar a sus hijos con amor y rectitud, de proveer para sus necesidades físicas y espirituales, y de enseñarles a amarse y a servirse el uno al otro, a observar los mandamientos de Dios y a ser ciudadanos respetuosos de la ley dondequiera que vivan… En estas sagradas responsabilidades, el padre y la madre, como compañeros iguales, están obligados a ayudarse el uno al otro”.