ukraine-poland-5.jpg
Nota de prensa

A medida que el conflicto en Europa entra en el cuarto mes, los santos continúan sirviendo a los refugiados

Cuando los Santos de los Últimos Días RaeAnn Jarvis y su esposo, Sterling decidieron alojar refugiados en su casa en Varsovia, Polonia, no sabían qué esperar de aquello.

Un día, poco después de que el conflicto estallara en Europa, una familia ucraniana llegó a su puerta a la una de la mañana, después de un viaje de casi 780 kilómetros (500 millas). Maryna Bovt, su esposo, Serhii y sus tres hijos, todos oriundos de Kiev, necesitaban un lugar donde quedarse.

“Al principio, solo se trataba de asegurarnos de que estuvieran alimentados y resguardados”, dijo RaeAnn. “Pero con el tiempo se ha convertido en algo más: un amor y una preocupación genuinos por [los Bovt]”.

La Organización de las Naciones Unidas calcula que 14 millones de personas han dejado sus hogares en Ucrania. De ellos, unos 6 millones se han mudado a países vecinos, lo que incluye a los más de 3 millones que siguieron el camino hacia Polonia.

“Cuando compartes amor, este crece”, dijo Maryna sobre los Jarvis. “Nos acerca más el uno al otro y al Señor”.

Debido a que el contrato de empleo de Sterling va a vencer, los Jarvis regresarán a los Estados Unidos en pocos meses. Sin que haya un fin evidente a las dificultades en Ucrania, los Bovt deberán encontrar otro hogar en Polonia.

Afortunadamente, Polonia es bendecida con muchas personas que están dispuestas a servir. Uno de esos santos en Varsovia, Polonia, es Agnieszka Mazurowska. Durante casi doce semanas, ella y otras personas de su congregación han entregado alimentos y estuches de higiene a los refugiados ucranianos. También están ayudándolos a aprender polaco y a encontrar empleo.

En su propia casa, Mazurowska ha proporcionado alimentos y un lugar para que duerman varias familias ucranianas. Ella ha llevado a personas al aeropuerto, ha conseguido pruebas del COVID-19 y ha ampliado el significado del confort sencillo de un abrazo y una palabra de esperanza.

Incluso durante un tiempo de prueba, Mazurowska dice ver milagros día a día.

Los Santos de los Últimos Días en Ucrania también están ayudando a los refugiados. Andriy Didushok, líder de la Iglesia en Rivne (unas cuatro horas al oeste de Kiev), lleva refugiados al oeste de Ucrania y Polonia en una camioneta que unos amigos estadounidenses le ayudaron a comprar para ese fin. Él dijo que miles de refugiados han recibido energías renovadas física y emocionalmente en las capillas de la Iglesia en el oeste de Ucrania.

“[Dios] sabe que podemos ayudar a esas personas, no solo con comida y [al atender] el cuerpo, sino en especial el alma”, dijo Didushok. “No podemos organizar esto [nosotros solos] […], pero Dios puede hacerlo. He visto la mano poderosa y suave de Dios en la vida de cada persona a la que hemos ayudado”.

Los Bovt y los Jarvis fueron testigos de una esperanza brillante cuando contemplaron por primera vez el amor natural que se tienen sus nueve hijos entre sí.

“Jugaron juntos desde el primer minuto”, dijeron los Bovt. “No les preocupan los idiomas […]. Es maravilloso. Me alegra ver cómo juegan juntos, sonriendo; ellos son felices”.

Los Jarvis dijeron que el ejemplo de sus hijos, así como la generosidad colectiva del pueblo polaco, es un modelo para el mundo.

“Hay un sentimiento de amor [en Polonia]”, dijo ella. “Si todo el mundo actuara como el pueblo polaco actúa, me parece que el mundo entero cambiaría por completo".

Puede ver este informe en inglés aquí:

Nota sobre la Guía de Estilo:Al publicar noticias o reportajes sobre La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, tenga a bien utilizar el nombre completo de la Iglesia la primera vez que la mencione. Para más información sobre el uso del nombre de la Iglesia, visite nuestraGuía de estilo.