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Nota de prensa

Apóstol describe la Iglesia mundial de Jesucristo en la conferencia tecnológica Silicon Slopes 

El élder Bednar habla sobre la educación en la Iglesia, el cambio espiritual, las finanzas, la diversidad, la inteligencia artificial y el ser pacificadores

El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, contesta varias preguntas sobre La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en la conferencia tecnológica Silicon Slopes, en el centro Delta Center, en Salt Lake City. 

A continuación se presenta un resumen organizado por temas de las respuestas del élder Bednar a las preguntas que hizo Ryan Smith, propietario del equipo Utah Jazz, durante una sesión de preguntas y respuestas que duró cuarenta y cinco minutos frente a cientos de líderes en tecnología de todo el mundo. Las preguntas y las respuestas se han editado para que sean más claras y concisas. 

La educación en la Iglesia 

Por favor, ayúdenos a comprender por qué la educación es tan importante para la Iglesia de Jesucristo. 

“La educación es la llave que abre la puerta al crecimiento y a las oportunidades. Y cuando hablo de educación, no me limito a hablar solamente de los centros educativos. La meta es, en mi opinión, aprender a disfrutar del aprendizaje de forma que, cuando no tengas idea de qué hacer, puedas averiguar qué hacer. Todo lo que aprendas en cualquier institución educativa tiene cuatro o cinco años de antigüedad cuando lo estás aprendiendo; me refiero a los últimos desarrollos conceptuales, la investigación más reciente. Por definición, cualquier cosa que hayas aprendido, ya está obsoleta cuando te gradúas. Si te basas en lo que los libros y otras personas dicen, dependes totalmente de ellos. Cuando no sabes qué hacer, ¿sabes qué preguntar? ¿Puedes indagar, investigar y llegar a saber lo que debes hacer? En eso es lo que consiste la educación. Cuando aprendes a aprender y te encanta aprender cómo aprender, esos son los aspectos sobre los que obtienes mayor entusiasmo, porque es territorio inexplorado”. 

BYU–Pathway Worldwide 

Describa el alcance de BYU–Pathway Worldwide. 

“Nunca me pareció lógico que tuviéramos unas cuantas instituciones físicas y lleváramos a algunos alumnos a esos lugares cuando somos una Iglesia mundial en la que existe una gran necesidad de acceder a la llave de la educación para abrir las puertas de las oportunidades. Cuando el élder [Henry B.] Eyring era el rector del [Colegio Universitario] Ricks, se podía encontrar una serie muy interesante de personas que decían: ‘No puede ser solo en Rexburg y no puede ser solo para unos pocos’. Eso supuso el nacimiento de Pathway para aprovechar los recursos de estas instituciones a fin de que bendigan a personas de todo el mundo que nunca tendrían la oportunidad de recibir una educación, y no solo educación académica. 

“En África, a muchas de las mujeres no se les permite estudiar. Hablan idiomas tribales. Y en África hay miles y miles de idiomas tribales. Pero, por ejemplo, para leer el Libro de Mormón o el Nuevo Testamento, es necesario saber inglés, español, portugués o francés. Si pueden aprender los idiomas coloniales, entonces son mujeres que pueden leer las Escrituras a sus hijos. En eso consiste Pathway. Y esto finalmente afectará a millones y millones y millones de personas de todo el mundo que obtendrán una educación y aprenderán a aprender de forma que puedan bendecir su propia vida y a sus familias”. 

Las finanzas de la Iglesia 

Ustedes están recibiendo muchas presiones diciéndoles en qué se debe gastar el dinero de la Iglesia. ¿Qué piensa al respecto? 

“Tenemos cuatro responsabilidades fundamentales. La misión de la Iglesia es: (1) ayudar a las personas a aprender y vivir las enseñanzas de Jesucristo, (2) compartir ese mensaje con el mundo, (3) fortalecer y unir a las familias, y (4) cuidar de los pobres y los necesitados. Hacemos esto en todo el mundo. En lo que respecta al alcance, esa es la respuesta. Y las personas que quieren decirnos cómo gastar el dinero… quisiera hacer hincapié en un principio fundamental: Los activos de la Iglesia son primordialmente del tipo que consume ingresos, no los genera. 

“Hay 35 000 centros de reuniones e instalaciones. Todos están pagados cuando se dedican. Todos los servicios públicos que necesitan están pagados. No se pasan bandejas ni se recolecta dinero en las congregaciones locales. Todo eso se hace posible gracias a los diezmos que los miembros de la Iglesia pagan en todo el mundo. Pero hay costes fijos de mantenimiento, servicios públicos y cosas similares para todos esos edificios. [Hay] 315 templos en funcionamiento, anunciados, en fase de diseño, en renovación o construcción. [También tenemos] cuatro instituciones importantes de educación superior. No hace falta ser contador para deducir que eso conlleva gastar grandes cantidades de dinero. Entonces, cuando la gente dice: ‘Bueno, y ¿qué se hace con todo ese dinero?’, la respuesta es que hay un episodio en el Antiguo Testamento sobre José, quien interpretó un sueño para el Faraón, en el que se hablaba de siete años de abundancia y siete años de hambre. Y en los años de abundancia, más vale prepararse para los años de hambre. La gente quiere especular sobre el tamaño de nuestras reservas y todo ese tipo de cosas. Se dedican mil millones de dólares anuales a ayudar a personas pobres y necesitadas de todo el mundo, y mil millones de dólares para educación. Es necesario mantener la misión de esta Iglesia, que es bendecir la vida de las personas y las familias. Eso es a lo que nos dedicamos. 

“Creo que sería imprudente y poco sabio no tener reservas”. 

La política y ser pacificadores 

Si pudiera decir una cosa a esta audiencia en cuanto a su punto de vista en cuanto a la política, ¿cuál sería? 

“La mayoría de las personas saben que la Iglesia es políticamente neutral. No tratamos de indicar la dirección que deben tomar las personas, ni los candidatos por quienes deben votar. Cualquier iglesia que pueda tener como miembros a Mitt Romney y a Harry Reid, creo que es una buena evidencia de ello. Lo que me gustaría decir acerca de la política es que ahora está muy polarizada y que la gente realmente está posicionándose en uno de los dos extremos. En la última conferencia general, el presidente Nelson habló acerca de los pacificadores. Él ha amonestado de manera repetida y directa acerca de la necesidad de que los miembros de la Iglesia se despojen del racismo en cualquiera de sus formas. Lo ha hecho repetidas veces y ha hablado de la necesidad de la cortesía. Ha hablado de la importancia de que las personas encuentren puntos en común en lugar de simplemente acentuar los aspectos en los que nos diferenciamos. 

“Y el presidente Nelson no solo lo predica de manera magnífica; también hace lo que predica. Su acercamiento a la NAACP [Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color] ha sido impresionante. No puedo pensar en dos grupos que… Si se tomara a 1000 personas y se les preguntara: ‘¿Qué dos organizaciones nunca trabajarían en conjunto en nada?’, dirían: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y la NAACP. Pero lo estamos haciendo. Está teniendo influencia en las zonas marginales en algunos de los proyectos en los que estamos trabajando por todos los Estados Unidos y en los proyectos piloto en los que colaboramos. Se pueden encontrar puntos en común. Requiere mucho trabajo, requiere algo de tiempo y dar todo lo que llevas dentro para poder escuchar y realmente tratar de entender. Pero como reconocimiento al interés del presidente Nelson y a lo que está tratando de lograr con los miembros de la Iglesia, él recientemente recibió un premio a la paz del Morehouse College, un centro universitario originalmente dedicado a la población de raza negra en Atlanta, Georgia. 

“Otro ejemplo: Sería difícil pensar que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y la comunidad LGBTQ pudieran dialogar entre sí. Sin embargo, lo hicimos, comenzamos en 2015. Esa fue la génesis del programa ‘justicia para todos’. A la comunidad LGBTQ le preocupaban las protecciones contra la discriminación. A la Iglesia le preocupa la libertad religiosa. Hay formas de hacer que funcione [para ambos grupos]. Ese modelo en Utah fue parte de lo que dio pie a lo que ahora es la Ley [de Respeto] por el Matrimonio a nivel nacional. 

“[Debemos] escuchar al presidente Nelson y fijarnos en el ejemplo que él ha dado. El estado de Utah pudo hacerlo de varias maneras extraordinarias en el año 2015 y ha tenido influencia en todo el país. Así que, si dejamos de gritar el tiempo suficiente para poder escuchar, creo que podemos resolver algunas cosas”. 

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