El élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles y su esposa, Kathy, visitaron el Hospital Tambo Memorial en Johannesburgo, Sudáfrica, el lunes 27 de mayo de 2024. Durante una reunión con los directivos del hospital, el élder Christofferson anunció una importante donación de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días para llevar a cabo mejoras indispensables y ayudar al personal del hospital a prestar una atención óptima.
El personal del hospital acompañó al élder y a la hermana Christofferson a hacer un recorrido por las instalaciones, lo que incluyó visitar a bebés prematuros en la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN) que se encontraban en incubadoras donadas previamente por la Iglesia.
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“Hicimos una contribución en el pasado y haremos otra gran contribución ahora para ayudarlos en su trabajo, y ellos la recibieron con mucha gratitud”, dijo el élder Christofferson. “Son personas muy dedicadas y hacen todo lo que pueden con lo que tienen. Esto es la fe en acción y el ejemplo más hermoso de fe en acción que puedo imaginar”.
A los Christofferson los acompañaron el élder S. Mark Palmer, de la Presidencia de los Setenta, y su esposa, Jacqueline, junto con el élder Edward Dube, Presidente del Área África Sur, y su esposa, Naume, así como el élder Denelson Silva, de la Presidencia del Área África Sur, y su esposa, Regina.
Después de pasar un tiempo en la unidad de cuidados intensivos neonatales y ver a los bebés —algunos de los cuales pesaban aproximadamente medio kilogramo (una libra)—, el élder Christofferson sintió profundamente que cada uno de esos bebés es un hijo de Dios.
“Al visitar a los niños pequeñitos y a algunos de los niños más mayores, que eran pacientes de pediatría, y sus madres, sentimos que cada vida importa de verdad. Cada persona es sagrada. Cada persona es hijo o hija de Dios”, dijo el élder Christofferson. “Al menos en mi caso, tuve un sentimiento muy profundo de esa verdad al ver la vida pendiendo de un hilo y el tierno cuidado que se brinda a cada niño; es algo que se vuelve más real, más evidente”.
El Hospital Tambo Memorial fue construido hace casi 120 años. Con la demanda actual de atención médica en la región, este hospital a menudo alcanza o excede su capacidad, lo que impide que el personal médico preste la mejor atención.
“Una muerte ya es demasiado; no queremos que ningún niño muera. Esta donación nos hace sentir que podemos hacer lo que se supone que debemos hacer como médicos”, dijo la doctora Zukiswa Mjamekuana, pediatra del Hospital Tambo Memorial.
En 2021, la Iglesia de Jesucristo donó bombas de infusión, dispositivos respiratorios, incubadoras y máquinas que ayudan a los niños a combatir enfermedades respiratorias, todo lo cual ayudó al hospital a reducir su tasa de mortalidad infantil. Esta nueva donación parte de ese impulso.
Para Londiwe Buthelezi, gerente de los servicios médicos del hospital, cada niño que se salva fortalece a la comunidad.
“El curso de su vida va a cambiar para siempre”, dijo. “Podemos estar seguros de que serán líderes influyentes, adultos influyentes y miembros influyentes de la sociedad en el futuro. Que nosotros hayamos participado en ello, y que la Iglesia nos haya ayudado a verlo, es absolutamente increíble”.