Para los miembros de La iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días el diezmo es un aspecto integral y natural de sus creencias y prácticas religiosas. Se trata de la donación del diez por ciento de sus ingresos a la Iglesia.
El diezmo ha sido reconocido como una enseñanza basada en las escrituras. En el Antiguo Testamento, los profetas Abraham y Jacob describen el pago de los diezmos al sumo sacerdote Melquisedec.
Los primeros líderes de la fe mormona, Joseph Smith y Brigham Young, aconsejaron a los miembros de la incipiente fe abrazar este principio. Entonces, el dinero era escaso, por lo que los miembros de la iglesia donaron productos de huerto, ganado e incluso tiempo para las necesidades de los miembros pobres de la comunidad.
En la actualidad, el dinero del diezmo se utiliza para varios propósitos, como la ayuda humanitaria y proyectos de bienestar; la edificación, mantenimiento y funcionamiento de templos, centros de reuniones y otros edificios; programas eclesiásticos de la Iglesia, entre los cuales se encuentra la enseñanza del evangelio y el realizar actividades para la juventud; publicación y distribución de materiales didácticos; y el programa misional educativo y genealógico de la iglesia.
Todos los fondos otorgados a la Iglesia por sus miembros son considerados sagrados. Son ofrendas voluntarias que representan la fe y la dedicación de los miembros y se utilizan con una supervisión cuidadosa. Al igual que los miembros de muchos otros credos religiosos, los Santos de los Últimos Días creen que a través del pago de diezmo, se muestra gratitud a Dios y se reciben bendiciones tanto temporales como espirituales.
El pago del diezmo es una decisión personal. Se paga en un sistema de honor. Nadie pide ver las declaraciones de ingresos o recibos de pago. Se entrega en un sobre cerrado y de manera discreta a los líderes locales (obispo o a sus consejeros); quienes envían los fondos de los diezmos directamente a las oficinas generales de la iglesia, donde un consejo, compuesto por la Primera Presidencia, el Quórum de los Doce Apóstoles y el Obispado Presidente; determina las formas específicas en que se usarán esos fondos sagrados.
Además del diezmo, los miembros fieles donan ofrendas de ayuno. Apartan un domingo al mes en el que se abstienen de alimentos y líquidos por dos comidas consecutivas; luego contribuyen, por lo menos, con la cantidad de dinero que hubieran gastado en ellas. Pueden dar en forma tan generosa como su situación se los permita. Los obispos utilizan las ofrendas de ayuno para proporcionar comida, alojamiento, ropa y atención médica a los necesitados.
La misiòn central de la iglesia es ayudar al pobre y al necesitado, te invitamos a conocer cómo la iglesia y sus miembros tienden la mano: