El élder McKay explica por qué la Iglesia compró el Templo de Kirtland

Algunas personas podrían preguntarse por qué La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días gastaría una cantidad importante de dinero en otra cosa que no fuera ayuda humanitaria. Por ejemplo, ¿por qué gastaría la Iglesia 192,5 millones de dólares estadounidenses para comprar el Templo de Kirtland y otras propiedades, documentos y objetos, como lo hizo a principios de este año?

A esas personas, el élder Kyle S. McKay, historiador y registrador de la Iglesia, les señala una fecha y un lugar específicos del pasado: el 3 de abril de 1836, en Kirtland, Ohio. Ese día, Jesucristo entregó importantes llaves del sacerdocio a José Smith.

Dirigiéndose a los asistentes a la conferencia anual de la Mormon History Association [Asociación de Historia Mormona] de 2024 que se llevó a cabo este año cerca de Kirtland, el jueves 13 de junio de 2024, el élder McKay dijo que es esencial comprender los conceptos de sacerdocio y de llaves del sacerdocio. Si uno los comprende, dijo, puede “apreciar mejor la importancia de lo que se restauró” en la tierra aquel día de 1836.

El élder McKay explicó que el sacerdocio es el poder de Dios delegado al hombre en la tierra para actuar en Su nombre para la salvación de los hijos de Dios. Las llaves del sacerdocio son la autoridad para dirigir cómo, cuándo y dónde se ejerce ese poder. El sacerdocio tiene todo el poder para llevar a cabo toda la obra de Dios.

“Son pocas las cosas de importancia duradera que hacemos en esta Iglesia que no se hacen bajo la autoridad de las llaves restauradas el 3 de abril de 1836 en el Templo de Kirtland”, dijo el élder McKay. “Entiendan que la Iglesia no se consideraba deficiente o incompleta sin estas propiedades históricas, pero estas cosas proporcionan un magnífico recordatorio de los tratos de Dios con Su pueblo: son evidencia sagrada de la Restauración más grandiosa que haya existido”.

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Hillary Kirkham, conservadora del Departamento de Historia de la Iglesia, apoyó los comentarios del élder McKay.

“Tenemos estos edificios, objetos y documentos”, dijo, “y, al fin y al cabo, pueden ayudar a testificar del Evangelio y de lo que Dios ha hecho por Sus hijos. Esa es la razón de su valor. Cuando los visitantes vienen, pueden estar en estos edificios y ver estos objetos o estos documentos, y el Espíritu puede testificarles”.

El 5 de marzo de 2024, la Comunidad de Cristo transfirió la propiedad del Templo de Kirtland y de varios edificios históricos de Nauvoo, Illinois, junto con documentos y objetos a la Iglesia de Jesucristo. Veinte días después, estas propiedades se abrieron para recorridos públicos gratuitos bajo la custodia de la Iglesia.

En una entrevista con la Sala de prensa de la Iglesia, el élder McKay dijo que la transición de propiedad fue “nada menos que milagrosa”.

“El obispo [W. Christopher] Waddell recibió la asignación de ser el portavoz principal de la Iglesia. Él ha observado, y yo he observado al trabajar con él, que todo salió muy bien”, dijo el élder McKay. “Tomó más de un año, pero fue muy abierto, honesto, fluido y amistoso”.

Fue un proceso adecuado para un espacio sagrado.

“Hay muy pocos lugares en la tierra donde podamos señalar y decir: ‘El Salvador estuvo aquí’”, dijo Ben Pykles, director de Sitios históricos de la Iglesia. “Estamos encantados de poder seguir compartiendo este lugar especial, el Templo de Kirtland”.

En el Templo de Kirtland, Jesús se apareció a José Smith y a Oliver Cowdery, les dijo quién era Él y perdonó sus pecados. A continuación, tuvieron una visión en la que Moisés les entregó las llaves del recogimiento de Israel. Luego apareció Elías con “la dispensación del evangelio de Abraham”. El último fue Elías el Profeta, anunciando que había llegado el momento de volver el corazón de los padres hacia los hijos y el corazón de los hijos hacia los padres. Habiendo dicho esto, Elías el Profeta restauró las “llaves de esta dispensación”, o lo que la Iglesia llama actualmente el poder para sellar.

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El historiador de Kirtland, Karl Anderson, dijo que José Smith llamó a esta época el “período pentecostal” de la Iglesia.

“Kirtland es un lugar donde sientes ese espíritu que hay aquí. No lo he encontrado en esa medida en ningún otro lugar”, dijo Anderson. “Creo que estos son lugares sagrados, dondequiera que aparezca la deidad, y sientes que es tierra santa”.

El élder McKay estuvo de acuerdo y señaló que el poder de lo que sucedió en Kirtland “nos concierne a todos”.

“No se puede subestimar la importancia de lo que sucedió en este templo”, dijo el élder McKay. “Es glorioso, es eterno, es celestial”.