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Nota de prensa

El élder Uchtdorf insta a los santos europeos a edificar una unidad centrada en Cristo

El Apóstol, oriundo de Alemania, habla a los santos de Austria, Alemania y Suiza

En una transmisión del viernes por la noche desde Friedrichsdorf, Alemania, el élder Dieter F. Uchtdorf elogió a los miembros europeos de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días por ayudar a los refugiados.

“Me impresiona profundamente la actitud compasiva de ustedes hacia las familias de refugiados que buscan seguridad y santuario”, dijo el Apóstol, quien es oriundo de Alemania y exrefugiado de la Segunda Guerra Mundial, en un devocional para santos de habla alemana en Europa. “Lo que escucho acerca de su sacrificio, generosidad y bondad me llena el corazón de gozo”.

(Mira esta página para obtener más información sobre la ayuda continua que los santos de Europa están proporcionando a los refugiados).

La transmisión llegó a los santos de habla alemana en Austria, Alemania y Suiza. El élder Uchtdorf estuvo acompañado por su esposa Harriet y por el élder Erich W. Kopsichke, Primer Consejero de la Presidencia del Área Europa, junto con su esposa, Christiane, y otros líderes regionales y locales.

El élder Uchtdorf dijo que el servicio que se presta a los refugiados es un ejemplo importante de cómo llevar una vida repleta de amor que cultiva la unidad.

“Nuestra doctrina debe hacernos el pueblo más hospitalario y unido del mundo”, dijo el élder Uchtdorf. “Esta es la Iglesia de Jesucristo, donde no hay marginados. Esta es Su Iglesia, no la de ustedes o la mía, ‘y él invita a todos ellos a que vengan a él y participen de su bondad; y a nadie de los que a él vienen desecha’ (2 Nefi 26:33). Nadie debería sentirse como un extranjero con nosotros”.

El élder Uchtdorf leyó Escrituras dadas por medio de José Smith que muestran que el cielo está edificado sobre las relaciones interpersonales (véase Doctrina y Convenios 130:2).

“La unidad no se logrará en la vida venidera como por arte de magia”, dijo el Apóstol. “Debemos hacer un serio esfuerzo por interiorizar la unidad cristiana en esta vida”.

Por lo tanto, agregó, “ahora es el momento de crear unidad […]. Tener al Salvador en medio de nosotros es una necesidad absoluta si hemos de sobrevivir espiritualmente durante estos tiempos difíciles”.

El élder Uchtdorf señaló dos ejemplos de las Escrituras de pueblos que llegaron a ser unidos. En el Libro de Mormón, cientos de años de guerras y disputas dieron paso a la unidad cuando Jesucristo se apareció (véase 4 Nefi 1:17). Y en el libro de Moisés, el pueblo de Enoc se convierte en Sion —un pueblo que era uno en corazón y voluntad, sin pobres entre ellos— porque Cristo era su punto central (véase Moisés 7:53).

“¿Estaban siempre de acuerdo en aquel entonces en cuanto a cómo mejorar la economía, qué dieta sería la mejor, qué se debía enseñar en las escuelas o qué inclinaciones políticas debían tener? Probablemente no”, dijo el élder Uchtdorf. “Incluso hoy en día hay muchos grupos que se forman debido a diferentes metas, pensamientos y perspectivas del mundo, pero eso no los convierte en Sion. Sion es Sion porque estamos unidos por medio del Rey de Sion, Jesucristo”.

El élder Uchtdorf hizo hincapié en que la unidad no tiene por qué significar uniformidad. Podemos hallar unidad en la diversidad.

“Para que lleguemos a ser uno en corazón, para que nuestros corazones estén entrelazados con unidad y amor el uno para con el otro (véase Mosíah 18:21), se requiere un potente cambio en el corazón, pero eso no significa que cambiaré mi corazón para que coincida con el de ustedes. Tampoco significa que cambien su corazón para que coincida con el mío”, dijo el Apóstol. “Más bien, significa cambiar nuestro corazón conforme al Salvador. Cuanto más nos acerquemos a Él, más nos acercaremos unos a otros”.

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