Debido a que los californianos viven “en un cruce de carreteras muy activo: un lugar donde el mundo se reúne y es influenciado”, el presidente Russell M. Nelson les dijo que su potencial para “influir en el mundo entero es inusualmente significativo”.
En un discurso de devocional que se transmitió el domingo por la tarde desde la Manzana del Templo para los aproximadamente 750 000 miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en “el estado dorado”, el profeta y Presidente de la Iglesia extendió a los miembros tres invitaciones para ayudarlos a “obtener la influencia edificante que Dios necesita que ellos tengan”.
- 20220223_155417_CBell_CMB_5479.jpg
- 20220223_145514_CBell_CMB_4174.jpg
- 20220223_155748_CBell_CMB_5679.jpg
- 20220223_155851_CBell_CMB_5819.jpg
- 20220223_161802_CBell_CMB_6311.jpg
- 20220223_162315_CBell_CMB_6700.jpg
- 20220223_161057_CBell_CMB_6146.jpg
- 20220223_153754_CBell_CMB_5210.jpg
- 20220223_150801_CBell_CMB_4506.jpg
- 20220223_152547_CBell_CMB_4861.jpg
1 / 2 |
Primero, dijo el presidente Nelson, deben buscar la verdad. Además de centrarse en “lo que saben que es verdad”, les aconsejó que “aumenten lo que saben al estudiar de las fuentes en las que puedan confiar. Busquen respuestas a sus preguntas mediante la oración, escudriñando las Escrituras y estudiando las palabras de los profetas, videntes y reveladores”.
“La magnífica amplitud de lo que el Señor ha revelado y el conocimiento espiritual que Él ya ha dado compensan con creces cualquier vacío en nuestra comprensión presente”, continuó el profeta. “En Su tiempo, el Señor revelará todas las cosas a Su pueblo, pues ha prometido que en esta dispensación ‘nada se retendrá’”.
El presidente Nelson, de 97 años, dijo que llegó a apreciar la búsqueda de la verdad hace décadas, durante su época de cirujano e investigador médico. En aquel momento, la cirugía de corazón no existía. Le enseñaron que tocar el corazón haría que dejara de latir. Sin embargo, un pasaje de las Escrituras sobre la naturaleza universal de la ley lo impulsó a los límites de su campo.
“Con el tiempo, nuestra investigación reveló verdades importantes; una de ellas es que podíamos tocar el corazón sin dañarlo”, dijo el presidente Nelson. “Más tarde, aprendimos que si alterábamos la proporción normal de sodio/potasio en la sangre que alimenta el corazón, este dejaba de latir. Entonces, cuando queríamos que el corazón comenzara a latir otra vez, simplemente restaurábamos la proporción de sodio/potasio de la sangre a la normalidad. ¡Y funcionaba! ¡Siempre funcionaba!”.
Esta y las demás leyes de Dios, dijo el profeta, son grandes dones. “Cuando ustedes y yo vivamos de acuerdo con las leyes de Dios, estaremos a salvo a medida que nosotros progresemos por la senda de los convenios de Dios hacia nuestro hogar celestial”, dijo él.
La segunda invitación del presidente Nelson fue a hacer y guardar convenios con Dios para aumentar nuestro poder y discernimiento espiritual. Muchos de esos convenios se hacen en las Casas del Señor de la Iglesia (de las cuales California tiene siete, con dos más en camino).
“En el templo, somos investidos con el poder de Dios”, dijo. “Con estos nuevos templos, serán más los que podrán asistir al templo regularmente y aprenderán mejor la forma de recurrir a ese poder mediante los convenios sagrados del sacerdocio. Al adorar y servir más en el templo, junto con la investigación de historia familiar correspondiente, mejorará la conexión de ustedes con el cielo”.
La tercera invitación del profeta a los santos de California fue que ayudaran a recoger a Israel. Tal como lo hizo en una transmisión a Europa en enero, el presidente Nelson invitó a los jóvenes y a los jóvenes adultos a compartir la luz que sus amigos buscan.
“Muchos de sus amigos están buscando comprender por qué están aquí en la tierra”, dijo. “Quieren saber si la vida tiene algún significado; quieren marcar la diferencia en el mundo, pero no saben en quién pueden confiar. ¿Se dan cuenta de que ustedes tienen las respuestas que sus amigos están buscando? […]. Este recogimiento consiste en dar a toda alma humana la oportunidad de oír y aceptar el evangelio de Jesucristo; consiste en salvar almas”.
Los otros discursantes del devocional fueron la esposa del profeta, la hermana Wendy Nelson, y el élder Brent H. Nielson, de la Presidencia de los Setenta, y su esposa, Marcia.