Al dirigirse a los líderes mundiales reunidos en el Foro Interconfesional G20 en Brasilia el miércoles 21 de agosto de 2024, el élder Ulisses Soares, del Cuórum de los Doce Apóstoles, hizo hincapié en el poder único de la fe para unir a las personas, derribar barreras y promover la paz.
El brasileño se basó en una metáfora de un escritor del New York Times. Los manglares filtran las toxinas y proporcionan estabilidad en la naturaleza alrededor de las costas tropicales. De manera similar, las comunidades religiosas pueden servir como filtros y estabilizadores morales de la sociedad.
El élder Soares dijo que, si las personas de fe llevan a cabo su misión única en el mundo, podemos tener fe y esperanza en que “los individuos, las comunidades y los países pueden superar la polarización, la falta de civismo y los obstáculos que dificultan nuestro futuro y que han estado afectando al mundo”.
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“Se necesitan mujeres extraordinarias y hombres excelentes para fomentar los manglares morales sociales que las personas alrededor del mundo necesitan desesperadamente”, añadió el apóstol.
El élder Soares también habló sobre la función de las comunidades religiosas en la creación de espacios seguros para las personas vulnerables y las nuevas generaciones al ayudarlas a crecer y prepararse para contribuir al futuro. Dijo que las organizaciones religiosas no deben ser desterradas del ámbito público, sino que deben participar activamente en conversaciones cruciales y promover el entendimiento y la cooperación.
El élder Soares concluyó su mensaje con un llamado a la acción para que las personas de fe ocupen su espacio en las comunidades y los países, promoviendo los manglares morales de la sociedad que filtran las actitudes tóxicas y el deterioro de la moral. Expresó su esperanza de que, a través de los esfuerzos colectivos, las generaciones futuras pueden ser protegidas de las fuerzas de la adicción, el aislamiento y el relativismo moral.
“La libertad religiosa, las personas de fe y las instituciones pueden proporcionar un filtro para evitar las actitudes tóxicas y el deterioro moral en la sociedad”, afirmó el élder Soares. “Como un manglar moral colectivo, podemos proteger a las futuras generaciones de las fuerzas de la adicción, el aislamiento, el narcisismo y el relativismo moral que podrían consumirlas. Un manglar moral, y todas las personas que lo componen, es crucial para el tejido que fortalece y mantiene unida a nuestra sociedad y nos hace tener fe en el futuro del mundo”.
El élder Ahmad S. Corbitt, de los Setenta, también habló en la conferencia. Elogió la metáfora del manglar que compartió el élder Soares.
“Este sistema de raíces se une, se ayuda mutuamente, mantiene el medioambiente unido y saludable. Y si alguna vez se fracturara o se separara, también lo haría el medioambiente”, dijo el élder Corbitt. “Creemos firmemente que eso también es así en lo que respecta a nuestra gente, a las religiones en general y a los creyentes y no creyentes. Si podemos unirnos en torno a principios específicos, lo básico, los ideales, los ideales constitucionales que todos buscamos y que son evidentes por sí mismos —la vida, la libertad, la búsqueda de la felicidad, la paz, la unidad—, seremos efectivos y poderosos”.
Otra representante de la Iglesia en la reunión mundial fue Sharon Eubank, directora de Servicios Humanitarios de la Iglesia. Compartió pensamientos importantes respecto a la forma en que todos nos necesitamos los unos a los otros.
“Todos estamos interconectados”, dijo la hermana Eubank. “[Las comunidades de fe] han estado enseñando el imperativo moral de que debemos amar a Dios amándonos unos a otros en la familia durante milenios. [La Iglesia de Jesucristo ha] asumido el compromiso de que no podemos hacer esto solos. Simplemente reconocemos que por nosotros mismos podemos llegar hasta cierto nivel. Por lo tanto, nuestro compromiso es financiar coaliciones. Esa es la razón por la que estamos aquí. Esa es la razón por la que queremos reunir a los grupos que han dado evidencia de que pueden ayudar a los más vulnerables y financiar esas coaliciones”.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha participado en reuniones anteriores del G20. Véanse, por ejemplo, resúmenes de Italia (2021), una reunión virtual (2020), Japón (2019) y Argentina (2018).