“[Jesucristo] pagó el precio compensatorio y les proporcionó el poder para mover todos los montes que afrontarán”, dijo el élder Neil L. Andersen, del Cuórum de los Doce Apóstoles, el domingo 13 de junio de 2021, en el primer evento Cara a Cara para adultos solteros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Con el Templo de Logan, Utah, de la época pionera, como telón de fondo de la transmisión mundial, el élder Andersen y la presidenta Jean B. Bingham y la hermana Sharon Eubank, de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro, se sentaron con un pequeño grupo de adultos, de treinta y un años en adelante, para analizar cómo un “esfuerzo deliberado” de aumentar continuamente la fe en Jesucristo puede ayudarlos a superar los desafíos de la vida.
Antes del evento, los líderes de la Iglesia mundial invitaron a los espectadores del programa a leer y estudiar el discurso del presidente Russell M. Nelson de la Conferencia General de abril de 2021, titulado “Cristo ha resucitado; la fe en Él moverá montes”.
En su mensaje, el presidente Nelson invitó a los Santos de los Últimos Días de todo el mundo a buscar maneras de aumentar su fe en Jesucristo y superar sus “montes” de “la soledad, la duda, las enfermedades u otros problemas personales”, poniendo en práctica los siguientes cinco principios en su vida:
· Estudiar las Escrituras
· Elegir creer
· Actuar con fe
· Pedir ayuda a Dios
· Participar en actos sagrados que los Santos de los Últimos Días llaman “ordenanzas”
Los líderes Santos de los Últimos Días se reúnen de manera individual con adultos solteros
Como seguimiento de la invitación del presidente Nelson, los líderes de la Iglesia se reunieron de manera individual con un pequeño grupo de adultos solteros de Utah, Arizona y Washington, D. C., antes de la transmisión, para aprender más acerca de las experiencias que tuvieron al estudiar su mensaje.
Sus interacciones se grabaron e incluyeron en el programa Cara a Cara. Los líderes vieron los videos durante la transmisión y hablaron con más detalle sobre las conversaciones en una mesa redonda.
“Con todo el asunto de la pandemia… no podía hacer mucho, excepto dedicar tiempo a ir a casa de mi abuela para ver si necesitaban algo”, dijo Natasha Redhair.
Redhair invitó a la hermana Sharon Eubank a su casa, en la Nación Navajo, un territorio nativo estadounidense que ocupa partes de Arizona. La hermana Eubank pasó el día ayudando a Redhair con tareas diarias, como cortar leña para su abuela de noventa y cuatro años y su madre, ya que es la principal fuente de calor para su familia.
Mientras estaba allí, la hermana Eubank le preguntó a Redhair sobre lo que había aprendido acerca de la función de la fe para ayudarla a superar los momentos difíciles.
“Pongo mucha fe en nuestro Padre Celestial y en nuestro Salvador, y acudo a Ellos, porque sé que por medio de Ellos, y con Ellos, puedo superar cualquier obstáculo o cualquier cosa que se interponga en mi camino”, compartió Redhair.
“Al servirle a Él, servir como Él lo hace, obtenemos más esperanza en Cristo”, dijo el élder Andersen, después de ver el video que resumió la visita de la hermana Eubank a Redhair.
La hermana Jean B. Bingham, presidenta de la Sociedad de Socorro de la Iglesia, se reunió con Michelle Brignone en los jardines del Templo de Washington, D. C. Brignone compartió cómo, a finales de la década de 2000, la gran recesión que se produjo en los Estados Unidos tuvo un impacto devastador en su negocio. Para mantener su negocio a flote, ayunó, oró y sirvió como obrera del templo siempre que le fue posible.
“Mi servicio en el templo no salvó mi negocio, sino que me salvó a mí”, dijo ella. “Tal vez no puedas mover el monte, pero ciertamente Él te ayudará a escalarlo, o a maniobrar a su alrededor… Él no permitirá que el monte bloquee el camino”.
“Esa es la verdadera fe; y reconocerás que el Señor siempre te ayudará si pides y si estás dispuesto a hacer un esfuerzo personal”, dijo la hermana Bingham al reflexionar sobre las palabras de Brignone.
Al sur de Salt Lake City, el élder Andersen también se reunió de manera individual con Santos de los Últimos Días en Ashton Gardens, en Thanksgiving Point, donde hay esculturas de bronce de tamaño natural que representan escenas de la vida y del ministerio de Jesucristo.
Las conversaciones entre los líderes y los Santos de los Últimos Días se centraron en esta pregunta común: “Al aceptar la invitación del presidente Nelson, ¿qué aprendieron en estas últimas semanas al tratar de aumentar su fe?”.
Robert McArthur, un Santo de los Últimos Días de Bountiful, Utah, de sesenta y cuatro años, se reunió con el élder Andersen y explicó que la invitación del presidente Nelson a aumentar la fe en Jesucristo recientemente lo ayudó a combatir los sentimientos de soledad.
“Todo acto de fe relacionado con tener un Padre [Celestial] y Jesucristo es primordial”, dijo McArthur. “He aprendido a arrodillarme, a orar al Padre Celestial y a pedirle que esté cerca”.
Camey Andersen, de Bountiful, Utah, compartió cómo la fe en Jesucristo la fortaleció durante su divorcio.
“Descubrí esto con mis hijos y conmigo misma: que al tratar de aumentar nuestra fe en el Salvador, hemos podido seguir adelante con nuestra vida”, dijo ella.
Los líderes de la Iglesia recuerdan a los Santos de los Últimos Días: “La fe puede mover montañas”
Al finalizar el evento, los líderes compartieron sus propias conclusiones sobre el discurso del presidente Nelson y lo que han aprendido después de aceptar su invitación a poner en práctica en su vida principios centrados en Cristo.
“Me di cuenta de que no soy tan paciente como quisiera; quiero mis milagros ahora. Quiero que se resuelva mi dificultad”, dijo la hermana Bingham.
Explicó que, a pesar de las imperfecciones que las personas encuentran en sí mismas, es importante recordar que la fortaleza para hacer cosas difíciles proviene de la fe en Jesucristo.
Y dijo: “Con mucha frecuencia pensamos: ‘No tengo suficiente fe para mover un monte’, pero el Señor sabe cuánta fe tienes. Y el Señor puede ayudarte a desarrollar la fe que necesitas para mover ese monte en tu vida”.
“Si simplemente te aferras con un dedo, si tan solo tienes el deseo de creer, eso es suficiente”, dijo la hermana Eubank. “El Señor te ayudará a mover tu monte”.
“No hay mayor búsqueda, ni mayor satisfacción, ni mayor aprobación que podamos recibir del Señor, que el hecho de que Él sepa que confiamos en Él y lo seguimos”, dijo el élder Andersen. “Él los ama y los ayudará a medida que procuren aumentar su fe sinceramente”.