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Esta historia aparece aquí por cortesía de TheChurchNews.com. No es para uso de otros medios.
Por Joe Randall, Church News
Por la forma en que los líderes conversaban entre sí en el estrado, cualquiera hubiera pensado que eran amigos de la infancia. “Praise to the Lord! Oh, let all that is in me adore him!” [¡Alabado sea el Señor! ¡Oh, que todo lo que hay en mí lo adore!] el coro del Instituto de Salt Lake de la Universidad de Utah (en inglés) cantó, mientras que miembros de varias religiones igualmente contenían las lágrimas.
“Nosotros, tus amados, nos reunimos como un acto de fe, ... creyendo que cuando elegimos reunirnos en unidad, Tú elegirás estar presente con nosotros”, oró la reverenda Vinnetta Golphin-Wilkerson de la Iglesia Cristiana de la Comunidad Granger, para iniciar la conferencia. Estaba claro que ella sabía a quién le estaba orando.
El martes, 2 de mayo, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días organizó una charla fogonera interreligiosa (todos los anteriores en inglés) en el histórico Tabernáculo de Salt Lake. Este evento se inspiró en el evento Experiencia del Tabernáculo (en inglés), una exhibición de tabernáculos del Antiguo Testamento de tamaño natural exhibida en todo Utah. Los oradores hablaron sobre su creencia en Cristo, pero su comportamiento amable y su disposición de aprender las creencias de los demás lo decían todo.
Cristianos evangélicos
“En términos generales, el tabernáculo nos revela el patrón de adoración que nuestro santo Dios atribuye para que nos acerquemos a Él”, dijo el pastor Corey Hodges de The Point Church (ambos en inglés). Compartió con la congregación cómo los símbolos del tabernáculo de Moisés apuntan al Salvador Jesucristo.
El altar de bronce del sacrificio, por ejemplo, representa al Cordero de Dios, quien “era la consumación final de todos los sacrificios humanos”. El candelabro de oro, dijo, representa la Luz del mundo y “como hijos de Dios, también nosotros tenemos la luz de Cristo en nuestro corazón”.
Una vez al año en el tabernáculo, el sumo sacerdote rociaba la sangre de un becerro sacrificado sobre el propiciatorio o la tapa del arca del convenio.
“Es por Su sangre derramada y Su última Resurrección”, dijo el Pastor, “que somos salvos de la práctica, la pena y la presencia del pecado. La sangre de Cristo rociada sobre el altar de nuestros corazones... hace expiación por nuestros pecados y nos da acceso a través de Jesucristo”. Por eso, dijo, los cristianos evangélicos oran en el nombre de Jesús.
Musulmales
El imán Habib Sarfaz de la mezquita Khadeeja (ambos en inglés) dijo que aunque el tabernáculo de Moisés no se menciona ni en el Sagrado Corán ni en las narraciones del profeta Mahoma, los musulmanes veneran a los profetas como parte integral de su fe.
Moisés, por ejemplo, se menciona 136 veces en el Corán y fue “un hombre de determinación y perseverancia, un individuo ético al que admiramos”, dijo el Imam Sarfaz. Como “uno de los más grandes mensajeros de Dios”, dijo, Dios le dijo a Moisés que fuera misericordioso para recibir misericordia.
“Dios no dijo que solo seas misericordioso con los musulmanes si eres musulmán. Dios no dijo eso. Dios dijo, ‘Sé misericordioso con todas las personas de fe — toda la creación’”.
Al igual que los cristianos y otras denominaciones, dijo el imán Sarfaz, los musulmanes creen en Jesucristo; que fue llevado al cielo y volverá otra vez.
Judíos
Un comentario frecuente que el rabino Samuel L. Spector escuchó cuando dijo que se mudaría a Utah fue, “Esas personas están locas. Ellos creen que Jesús estuvo en América. ¿Puedes creerlo?” Pero el rabino, de la Congregación Kol Ami, cree que no es un concepto tan loco en absoluto.
“La existencia del tabernáculo mostró que Dios no era inmóvil” dijo, “y que Dios podía moverse y ser encontrado dondequiera que se reuniera la gente”. Si este no fuera el caso, dijo el rabino Spector, no habría habido judaísmo — y en consecuencia tampoco cristianismo ni islamismo — después de la destrucción del Templo de Salomón en 586 a.C.
El rabino Spector tuvo su experiencia de oración más poderosa no en una costosa sinagoga, sino en un sótano durante un recorrido por el campo de concentración de Theresienstadt (todos los anteriores en inglés) en la República Checa. Un prisionero judío, Arthur Berlinger (en inglés), había pintado en secreto obras de arte, oraciones y versículos de la Biblia en un sótano para mantener su fe judía. A través de la oración en un espacio tan pequeño pero sagrado, el rabino sintió la presencia de Dios.
“Todos podemos tomar un pedazo de lo que nos dio el tabernáculo y llevarlo con nosotros dondequiera que vayamos. Y al hacerlo, podemos establecer la luz y la santidad”.
Santos de los Últimos Días
El fundamento teológico de los Santos de los Últimos Días — dijo el élder Kevin W. Pearson, Setenta Autoridad General y presidente del Área Utah, “se basa en el papel, la vida, la misión y el ministerio divinos” del Salvador.
El propósito central de los templos, tanto antiguos como modernos, es “ayudar a las personas y a las familias a colocar al Salvador y los convenios sagrados en el centro de sus vidas y vivir con gozo el Evangelio y las enseñanzas del Señor Jesucristo”.
El élder Pearson dijo que el tabernáculo de Moisés es un recordatorio de que el plan de felicidad del Padre Celestial “siempre se ha centrado en alinear nuestra vida” con Su Hijo a través de los convenios.
“Los honramos por su devoción a Dios y por su liderazgo inspirador en sus respectivas comunidades de fe”, dijo el élder Pearson a los oradores de la noche. “Ustedes hacen que nuestra comunidad y sociedad sean más ricas espiritualmente y contribuyen de manera inconmensurable a la calidad de vida aquí en Utah”.
Unidos como hijos de Dios
Para concluir la histórica conferencia interreligiosa, la congregación cantó “Soy un hijo de Dios”, en una voz unida como hermanos y hermanas. El Rev. Padre Elias Koucos de la Iglesia Ortodoxa Griega del Profeta Elías (ambos en inglés) concluyó con una oración final de agradecimiento, señalando que los asistentes se reunieron “como una sola familia, creada a Tu imagen, unida en amor, gratitud y acción de gracias”.
Luego, los líderes se agradecieron unos a otros por sus comentarios y se dirigieron a la congregación para encontrarse con los presentes y responder a sus preguntas. Una de las preguntas más comunes fue la hora y la ubicación de cada una de sus iglesias, y después de la respuesta, muchos de los asistentes prometieron enfáticamente hacer una visita.
Por la forma en que los asistentes rodearon a los líderes interreligiosos para estrecharles la mano y agradecerles, cualquiera habría pensado que el grupo de desconocidos del tamaño de un tabernáculo era una sola congregación.
Y esta noche, lo fue.