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Nota de prensa

La Iglesia de Jesucristo y el Programa Mundial de Alimentos financian un centro de respuesta ante emergencias en el Caribe

El proyecto marca una década de colaboración entre las dos organizaciones

Para conmemorar diez años de servicio conjunto, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) y el Programa Mundial de Alimentos de EE. UU. financian conjuntamente un centro de respuesta ante emergencias en Barbados.

El proyecto, que permitirá una respuesta más rápida ante desastres naturales por parte del PMA y otras organizaciones en todo el Caribe, es posible gracias a una contribución de 4,3 millones de dólares estadounidenses: 2 millones por parte de la Iglesia y otros 2,3 millones por parte del Programa Mundial de Alimentos de EE. UU. El centro de operaciones se completará este verano.

“Nos sentimos honrados y agradecidos por celebrar diez años de colaboración con el Programa Mundial de Alimentos”, dijo el obispo Gérald Caussé, Obispo Presidente de la Iglesia. “Juntos, hemos podido ayudar a millones de necesitados. Esos esfuerzos reflejan nuestra dedicación a los dos grandes mandamientos. Expresamos nuestro amor por Dios al extender nuestra ayuda a Sus hijos, sin importar dónde se encuentren o cuál sea su historial”.

Los países del Caribe a menudo se ven afectados por desastres naturales como huracanes, inundaciones, sequías y erupciones volcánicas. Sin embargo, no cuentan con suficientes recursos para responder rápidamente a esas emergencias. Este nuevo centro de logística ayudará a cambiar eso. Será un centro de coordinación de ayuda ante desastres y de almacenamiento de materiales. En el almacén se guardarán alimentos de emergencia y otros suministros como lonas, agua, mantas, catres y estuches de higiene. Cuando ocurra un desastre, los suministros se podrán enviar a los países afectados.

“No podíamos imaginar mejor manera de celebrar nuestro décimo aniversario con la Iglesia que haciendo lo que mejor sabemos hacer: edificar sobre nuestra poderosa relación para ayudar a las comunidades necesitadas”, dijo Barron Segar, presidente y director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de EE. UU. “Nos sentimos verdaderamente humildes y agradecidos por la profunda generosidad de la Iglesia y su firme compromiso durante la última década para ayudarnos a acabar con el hambre en el mundo. El apoyo de la Iglesia ha ayudado a transformar millones de vidas, y ha ayudado a las comunidades en situación de riesgo a llegar a ser autosuficientes y a aumentar la seguridad alimentaria a pesar de tenerlo todo en contra”.

Lola Castro, directora regional del PMA en Latinoamérica y el Caribe, se refirió al nuevo centro de logística como un “paso fundamental” para mejorar la respuesta ante desastres en todo el Caribe.

“El PMA está profundamente agradecido al PMA de EE. UU. y a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días por su crucial financiamiento, el cual refleja nuestro compromiso compartido a favor de la ayuda humanitaria y la resiliencia”, dijo Castro.

Los líderes del Programa Mundial de Alimentos de EE. UU. se encuentran actualmente en Salt Lake City para una reunión trimestral de la mesa directiva y para participar en un proyecto de servicio el jueves 8 de febrero en el Almacén Central del Obispo. Ellos y más de 150 jóvenes adultos y alumnos de la localidad empaquetarán más de 900 comidas para el banco de alimentos Tabitha’s Way.

La Iglesia y el PMA han unido sus fuerzas para prestar servicio desde 2014. Hace poco, demostramos cómo esta colaboración está reduciendo la inseguridad alimentaria en Liberia, un país que aún trata de superar una guerra civil de catorce años (1989–2003) que destruyó la infraestructura nacional y los servicios sociales básicos.

El PMA ha utilizado fondos de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (incluida la donación de 32 millones de dólares estadounidenses realizada por la Iglesia en 2022) para proporcionar alimentos y otro tipo de ayuda crucial a las personas más vulnerables del mundo, entre las que se encuentran madres y niños pequeños, en cuarenta y seis países.

Esta relación entre el PMA y la Iglesia de Jesucristo tiene lugar en un momento crítico. Alrededor de 333 millones de personas en todo el mundo afrontan hambre severa, con cuarenta y siete millones al borde de la hambruna. No obstante, la financiación gubernamental de la labor humanitaria está disminuyendo, lo que obliga al PMA a sacar el mayor provecho de cada dólar para ayudar al mayor número de personas posible. Sin una red de apoyo dedicada (la cual incluye a la Iglesia), el PMA no podría atender las necesidades de las comunidades más vulnerables del mundo.

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