Lo que empezó con la esperanza de crear una sala de formación en un hospital kurdo de la ciudad de Erbil se ha convertido, con la ayuda de una donación de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y otros benefactores, en un centro completo de formación de enfermeras y matronas. El edificio, de tres plantas y 3345 m2 (36 000 pies cuadrados), alberga laboratorios de simulación clínica, salones de clase, salas de conferencias, oficinas administrativas y un laboratorio de información y tecnología.
Eva Said, directora del Centro para el Desarrollo de la Enfermería y la Obstetricia (NMDC, por sus siglas en inglés), imaginó este tipo de edificio de formación mientras impartía clases en una escuela universitaria de enfermería. Se sentó con otros maestros de enfermería y diseñó un edificio así “solo por diversión”, ya que no podían imaginar que recibirían apoyo para construirlo.
Posteriormente dijo: “Aquella visión de una realidad diferente y mejor nos inspiró y nos hizo buscar maneras de que sucediera. Gracias a la asombrosa generosidad de los Santos de los Últimos Días, aquella humilde visión se ha hecho realidad”.
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La construcción del edificio concluyó a finales de 2023 y la ceremonia de inauguración tuvo lugar en Erbil el 21 de enero de 2024.
El Dr. Saman Barzanji, ministro de Salud del gobierno regional del Kurdistán, y D. Omed Khoshnaw, gobernador de Erbil, hablaron en el evento y elogiaron la labor de todos los donantes del proyecto.
Karen Phillips, representante de ayuda humanitaria de la Iglesia de Jesucristo, dijo de Eva Said: “Es asombroso ver cómo la idea de una persona de ayudar a los recién nacidos a sobrevivir ha pasado de ser una sala alquilada para impartir formación hace años a este nuevo centro de formación”.
El élder Roland J. Bäck, segundo consejero de la Presidencia del Área Medio Oriente/África Norte de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, que asistió a la ceremonia, expresó sus sentimientos en cuanto al proyecto: “Es maravilloso ver que algo que uno recuerda que se analizó en sus primeras etapas, ahora se está llevando a cabo. ¡Qué bendición es este edificio para las personas del Kurdistán!”, dijo.
Durante la ceremonia de inauguración, Boyce Fitzgerald, director de asuntos temporales del Área Medio Oriente/África Norte, se dirigió a los presentes: “Ayudar a los demás es lo que nos hace humanos. He estado en el Kurdistán muchas veces y siempre me han impresionado su gente. Deseamos ser útiles a la comunidad, queremos tener un impacto positivo en la vida de las madres y los niños. Es por esto que, después de que se nos presentara este proyecto, la Iglesia lo apoyó; sentimos que salvaría vidas, crearía empleos y mejoraría la formación. Cuando trabajamos juntos, creamos un futuro mejor para todos”.
El NMDC permitirá que se forme a casi 7000 enfermeras y comadronas al año en cursos que van desde las tres horas hasta las seis semanas. Los salones de clase pueden acoger entre 20 y 100 alumnos, y la sala de conferencias para formaciones tiene un aforo de 300 personas.
Carolyn Melby, vicepresidenta de la mesa directiva del centro, ve la importancia de la formación que se ofrecerá. “Las personas sanas son el pilar fundamental de una sociedad de éxito e innovadora”, dijo. “La oportunidad de educar a las enfermeras para que brinden atención esencial a las personas del Kurdistán es una de las muchas maneras que tiene el Señor de cuidar de Sus hijos y abrir sus corazones a Su amor y atención”.
La mayor parte de la formación del centro se centrará en mejores procedimientos para el nacimiento, incluida la ayuda para la respiración de los recién nacidos, la atención a los bebés y las madres, formación sobre el control de infecciones y formación acerca de medicamentos inyectables.
Michele Calderon, presidenta de la mesa directiva del centro, describió sus esperanzas para el futuro: “¡Esperamos que por medio del NMDC se puedan llevar a cabo grandes cosas! Nos sentimos profundamente agradecidos por el generoso apoyo de la Iglesia y apreciamos nuestra asociación para edificar el NMDC”.
Barbara Blackford, miembro de la junta directiva, expresó su alegría por la finalización del centro: “Estoy encantada de ser testigo de la realización de esta visión en Erbil, Kurdistán. Como alguien que participó en este proyecto desde el principio, me emociona ver cómo este competente equipo fue capaz de superar diferentes obstáculos y convertir un sueño en realidad. Al celebrar la inauguración, me embarga la gratitud por la labor colectiva que hizo posible este centro de formación. Estoy segura de que no solo brindará esperanza, sino que también servirá como un ejemplo inspirador de determinación y colaboración”.
Según el informe anual de 2022 de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, las labores de ayuda humanitaria de la Iglesia en todo el mundo incluyeron más de mil millones de dólares en gastos, 6,3 millones de horas de voluntariado y 3692 proyectos humanitarios en 190 países y territorios. Estas labores tienen por objeto aliviar el sufrimiento, fomentar la autosuficiencia y brindar oportunidades de servicio.
Las labores de ayuda humanitaria de la Iglesia en todo el mundo ayudan a los necesitados sin importar su raza, afiliación religiosa o nacionalidad. Este tipo de ayuda es posible gracias a las generosas donaciones de los miembros de la Iglesia.