La extensa renovación del Templo de St. George, Utah, ha superado los dos años y está a punto de terminarse.
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“Una de las cosas más importantes del último año es la finalización de todas las mejoras principales que eran necesarias en el templo histórico”, dijo Eric Jamison, gerente de proyectos de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Contratistas de varias empresas trabajan juntos para actualizar el templo de la era de los pioneros, ubicado en el sur de Utah. Dedicado en 1877, es el primer templo que se completó en Utah y el templo en funcionamiento más antiguo de la Iglesia de Jesucristo.
Ya está en marcha una nueva adición del lado oeste del templo, el exterior de la adición norte está listo para pintarse y las mejoras en los jardines están programadas.
“Este trabajo exige la perfección”, dijo Lorenzo Brieno, capataz estructural de Pete King Commercial.
“Hay algunas paredes que parecen vidrios de tan lisas. Tienen una maestría especial y se puede ver que se preocupan por su trabajo”, comentó Andy Kirby, director de renovaciones de templos históricos para la Iglesia.
Los senderos, las jardineras y el paisajismo están a punto de terminarse. Hay arbustos y árboles resistentes a las sequías listos para ser plantados a principios de la primavera, a fin de asegurar de que estén bien arraigados para sobrevivir al intenso calor del verano. Además, se está instalando un sofisticado sistema inteligente de riego basado en el clima, que conocerá el momento óptimo de regar la vegetación.
“Todos queremos que la gente sienta paz, incluso en el jardín. Los jardines son una extensión del templo”, dijo Chris Reilly, gerente de proyectos de paisaje de Stratton and Bratt.
La renovación incluye el refuerzo estructural de los cimientos de piedra del templo. También se han actualizado los sistemas mecánicos y eléctricos.
“Pudimos trabajar en los componentes mecánicos y eléctricos, y luego dedicarnos a los acabados”, dijo Jamison.
También son excepcionales en su acabado las molduras de arce y de álamo, que siguen el patrón de la carpintería original del templo histórico.
“Cuando los participantes entren por la entrada norte del templo, sentirán que están en el templo histórico, y esa sensación persiste en todo el edificio”, dijo Kirby.
“Creo que lo que me hace sentir más orgulloso es que los equipos han trabajado juntos —tanto contratistas, como arquitectos e ingenieros— y han podido colaborar y realizar una obra tan desafiante”, dijo Jamison. “Es un honor poder trabajar en una Casa del Señor”.