Seis líderes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días expresaron sus reflexiones personales sobre la vida y las enseñanzas centradas en Cristo del fallecido profeta y presidente Russell M. Nelson el miércoles 1 de octubre de 2025, durante una transmisión de homenaje desde el Tabernáculo de la Manzana del Templo.
El presidente Dallin H. Oaks, del Cuórum de los Doce Apóstoles, estuvo acompañado por la Presidenta General de la Primaria, Susan H. Porter; el Obispo Presidente, Gérald Caussé; el élder Carl B. Cook, de los Setenta; y los élderes Jeffrey R. Holland y Henry B. Eyring, del Cuórum de los Doce Apóstoles.
Sus palabras destacaron el compasivo ministerio personal del presidente Nelson hacia las personas de todo el mundo, su invitación a ser pacificadores y su don para recibir revelación de Dios.
El evento, que estuvo cerrado al público, se transmitió en vivo al mundo en trece idiomas.
A continuación se presentan los aspectos más destacados de las palabras de cada discursante.
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| Temple Square is always beautiful in the springtime. Gardeners work to prepare the ground for General Conference. © 2012 Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved. | 1 / 2 |
Dallin H. Oaks, Presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles
El presidente Oaks, quien fue Primer Consejero del presidente Nelson en la Primera Presidencia durante más de siete años, describió a su compañero de ministerio como un “profeta de amor”.
La última vez que él y el élder Henry B. Eyring (Segundo Consejero del presidente Nelson) recibieron el amor del presidente Nelson fue dos días antes de que el profeta falleciera.
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El presidente Dallin H. Oaks, del Cuórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, habla en la transmisión “Un tributo a Russell M. Nelson” desde el Tabernáculo de Salt Lake en la Manzana del Templo, el miércoles 1 de octubre de 2025.2025 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.“Le expresamos nuestro amor y le transmitimos la seguridad de que continuaríamos con las decisiones que había tomado”, dijo el presidente Oaks. “Sonrió y se esforzó mucho por comunicarse con nosotros. Le costaba hablar, pero sus esfuerzos y su sonrisa transmitían el amor que sentía por nosotros como consejeros suyos y por cada uno de ustedes en esta gran obra”.
El presidente Oaks dijo que el presidente Nelson “nos mostró el significado del amor en un mundo con miles de millones de personas en muchas naciones. Hizo que los esfuerzos humanitarios de nuestra Iglesia se extendieran más allá de nuestros miembros e incluyeran a muchas naciones con las que nuestras relaciones anteriores habían sido tensas o eran inexistentes”.
El presidente Oaks señaló que el profeta “predicó el Evangelio de amor, que es primordial en el Evangelio de Jesucristo”. También hizo referencia al discurso del profeta en la conferencia general, “Se necesitan pacificadores”, y leyó parte de un artículo de opinión sobre la armonía racial del cual el profeta fue coautor.
“Tanto si usted es creyente como si no, Jesucristo enseñó un modelo inspirado que conduce a la paz y la armonía: amar a Dios primero y luego amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos”, decía el artículo.
El presidente Oaks también citó las enseñanzas del presidente Nelson sobre el amor en otro reciente artículo de opinión de la revista TIME, publicado cuatro días antes de que el profeta cumpliera 101 años.
“Cada uno de nosotros tiene un valor y una dignidad inherentes. Creo que todos somos hijos de un amoroso Padre Celestial”, escribió el presidente Nelson en TIME. “Ama a tu prójimo y trátalo con compasión y respeto. Un siglo de experiencia me ha enseñado esto con certeza: la ira nunca persuade, la hostilidad nunca sana y la contención nunca lleva a soluciones duraderas […]. Mi religión me enseña que, hace más de dos milenios, Jesucristo predicó estas mismas leyes de felicidad: amar a Dios y amar a nuestro prójimo”.
El presidente Oaks concluyó diciendo: “Ruego que siempre recordemos y seamos influenciados por las grandes enseñanzas de amor de nuestro profeta, el presidente Russell M. Nelson”.
Susan H. Porter, Presidenta General de la Primaria
La presidenta Porter relató experiencias que tuvo con el presidente Nelson a lo largo de casi treinta años. Su primer encuentro se produjo cuando el entonces élder Nelson invitó a su oficina a ella y a su esposo, Bruce, unos meses antes de que Bruce fuera llamado como Setenta Autoridad General.
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La Presidenta General de la Primaria, Susan H. Porter, de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, relata dulces recuerdos del presidente Russell M. Nelson durante la transmisión de “Un tributo a Russell M. Nelson” desde el Tabernáculo de Salt Lake en la Manzana del Templo, el miércoles 1 de octubre de 2025.2025 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.“Nos recibió con tranquila dignidad, fue amable y no tuvo prisa”, dijo. “Mientras conversábamos, podíamos sentir que nos miraba profundamente a los ojos y nos escuchaba atentamente, no con juicio, sino con amor”.
Los Porter no sabían que Emily, hija del presidente Nelson, había muerto de cáncer unos días antes.
“Aunque su alma estaba afligida, él nos ministró con la amorosa bondad del Salvador”, dijo la presidenta Porter.
El presidente Nelson continuó ministrando a los Porter dos años después, cuando la insuficiencia renal del élder Porter los llevó de regreso a Utah desde su asignación en Alemania. El presidente Nelson los recibió en el aeropuerto. Ese modelo de ministerio continuó a través de otros momentos difíciles, incluyendo la muerte de su primera esposa, Dantzel, y de otra hija, Wendy.
“El élder Nelson continuó respondiendo al llamado del Salvador: ‘Estuve enfermo, y me visitasteis’”, dijo la presidenta Porter. “Visitó a muchos, incluido Bruce, quien se sometió a múltiples cirugías durante una década. Las visitas del élder Nelson seguían un modelo extraordinario. Entraba muy silenciosamente, tomaba tiernamente la mano de Bruce y, si estaba despierto, le hablaba suave y gentilmente. Siempre se tomaba el tiempo para animarme y edificarme”.
Gérald Caussé, Obispo Presidente
El obispo Caussé dijo que fue un “privilegio sagrado” servir bajo el liderazgo del presidente Nelson. El Obispado Presidente rinde cuentas directamente a la Primera Presidencia, y a lo largo de siete años y medio fue “testigo directo de cómo trabajaba un profeta de Dios, aprendiendo de sus palabras inspiradas, su destacado liderazgo y su ejemplo cristiano”, dijo.
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Gérald Caussé, Obispo Presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, recuerda el tiempo que pasó con el presidente Russell M. Nelson durante la transmisión de un homenaje desde el Tabernáculo de Salt Lake en la Manzana del Templo, el miércoles 1 de octubre de 2025.2025 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.Un ejemplo de liderazgo inspirado se produjo durante una reunión en la que el Obispado Presidente presentó recomendaciones sobre un asunto delicado.
“Fiel a su costumbre, el presidente Nelson invitó a cada persona de la sala a expresar sus opiniones”, dijo el obispo Caussé. “Cuando llegó el momento de decidir, habló con amor y dulzura. El Espíritu llenó la sala. Aunque su decisión difería de nuestra propuesta, su veracidad se grabó en mi mente con una claridad inconfundible como la voluntad de Dios”.
Otro ejemplo se produjo antes del llamamiento del obispo Caussé como Autoridad General. En París, Francia, en 2005, el obispo Caussé (entonces presidente de estaca) recibió al presidente Nelson en el aeropuerto, tarde una noche, debido a varios retrasos en los vuelos.
“Al ver su cansancio, sugerí cancelar la cena en nuestra casa”, dijo el obispo Caussé. “Con una cálida sonrisa, me aseguró que la cena con nuestra familia era la reunión más importante de la conferencia y que no tenía intención de perdérsela”.
“Aquella noche fue inolvidable”, continuó el obispo Caussé. “Conectó dulcemente con cada uno de nuestros hijos y, al enterarse de nuestro amor por la música, propuso tener un concierto familiar. Después de que algunos de nosotros tocamos, concluyó con una conmovedora interpretación del Preludio en do menor de Chopin, uno de sus favoritos”.
Cuando él y el presidente Nelson salieron, el apóstol pronunció un sermón que ha permanecido en la mente del obispo Caussé.
“Se volvió hacia mí con ojos penetrantes y me dio un poderoso testimonio de la bendición que es la familia”, dijo el obispo Caussé. “Entonces, con profunda convicción, me recordó que cuidar de mi bella esposa era mi deber más importante del sacerdocio. Nunca olvidaré ese consejo inspirado”.
Carl B. Cook, Presidente Mayor de la Presidencia de los Setenta
El élder Cook también contó historias que resaltan el ministerio individual del presidente Nelson. Por ejemplo, en 2018, el profeta invitó a todos los Setenta Autoridades Generales, a los Oficiales Generales y a sus cónyuges a su oficina para reunirse con él y su esposa, Wendy.
“El presidente y la hermana Nelson nos recibieron afectuosamente y nos invitaron a pasar a su oficina y echar un vistazo”, dijo el élder Cook. “Nos sentimos muy honrados. Lo sorprendente para mí es que más de doscientas personas tuvieron una experiencia similar ese día. Nos agradeció a cada uno de nosotros por nuestro servicio. Fue algo muy personal, muy cálido y expresado con mucho amor. El presidente Nelson tenía un interés genuino por todos, de una manera muy cristiana, y todos lo sentimos”.
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El élder Carl B. Cook, de la Presidencia de los Setenta, se dirige a invitados y espectadores durante la transmisión de “Un tributo a Russell M. Nelson” desde el Tabernáculo de Salt Lake en la Manzana del Templo, el miércoles 1 de octubre de 2025.2025 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.El élder Cook tuvo una experiencia similar cuando en una ocasión acompañó al presidente Nelson en una asignación. El apóstol entabló conversación con él.
“Él se interesó, se preocupó por mí y terminamos hablando todo el viaje en avión”, dijo el élder Cook.
Más tarde en ese mismo viaje, el presidente Nelson observó que una de las uñas del élder Cook estaba negra, resultado de habérsela golpeado durante la semana en un proyecto de trabajo.
“Se acercó con delicadeza, tocó la uña y sonrió. No dijo nada. Fue simplemente una señal de su compasión y amor”, dijo el élder Cook.
El presidente Nelson podía hablar en once idiomas con fluidez. Pero había un idioma que era más importante que cualquiera de ellos.
“Como verdadero discípulo de Jesucristo, su idioma principal era el amor, y ese amor está profundamente arraigado en su alma”, dijo el élder Cook.
Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles
De los muchos rasgos de personalidad del presidente Nelson, el élder Holland destacó dos: su fe en Jesucristo y la devoción a Su Iglesia, así como su función como cabeza de familia.
Al hablar de la devoción del profeta a la Iglesia de Cristo, el élder Holland señaló que “ser llamado por Dios a la función más influyente de esa Iglesia, una que solo otros dieciséis hombres han tenido en esta dispensación, es evidencia suficiente de su fe, su humildad y su amor por todo lo celestial”.
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El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, habla en la transmisión “Un tributo a Russell M. Nelson” desde el Tabernáculo de Salt Lake en la Manzana del Templo, el miércoles 1 de octubre de 2025.2025 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.Y sobre el tema de la familia del presidente Nelson, el élder Holland dijo que “su familia lo era todo para él”. Prueba de ello fue el tiempo en que Dantzel cantó en El Coro del Tabernáculo durante veinte años y el presidente Nelson se encontraba en su época más ocupada como cardiocirujano.
“Todos los domingos por la mañana, durante dos décadas, él preparó a nueve hermosas niñas para ir a la Iglesia: revisaba que los vestidos estuvieran planchados, peinaba a las más pequeñas (y en una familia de diez hijos, siempre había pequeñas) e intermediaba en la competencia por el uso del baño”, dijo el élder Holland. “Fieles al carácter de Russell Nelson, nunca —bueno, casi nunca— llegaban tarde, ni dejaban de sonreír, cantar ni orar, ni perdían la oportunidad de hacer una visita de ministración a un vecino necesitado”.
Esas facetas del presidente Nelson lo convirtieron en “algo similar a un templo viviente”, dijo el élder Holland, en una referencia apropiada para el profeta que anunció 200 nuevos templos.
“Mi única decepción en este momento agridulce de pérdida y amor es que Russell Nelson no pudo rededicar su amado Templo de Salt Lake. Pero ahora tendrá una mejor vista de todo ello y será mejor que los que están a cargo lo hagan correctamente”, dijo el élder Holland.
Concluyó diciendo: “Me siento honrado de haber conocido al presidente Russell M. Nelson, de haberlo amado y de haber sentido su amor por mí”.
Henry B. Eyring, del Cuórum de los Doce Apóstoles
El élder Eyring, quien sirvió como Segundo Consejero del presidente Nelson, dijo que el profeta amaba a todos y tenía un don para recordar los nombres de las personas.
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El élder Henry B. Eyring y el élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, se dan la mano y sonríen durante la transmisión de “Un tributo a Russell M. Nelson” desde el Tabernáculo de Salt Lake en la Manzana del Templo, el miércoles 1 de octubre de 2025.2025 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.“Con ese don, él tenía la capacidad de hacer que cada persona se sintiera amada”, dijo el élder Eyring. “Cuando un grupo de oficiales de la Iglesia llegaba a una reunión de la Primera Presidencia para hacer una presentación, él los llamaba a todos por su nombre. Cuando terminaba la reunión, según se iban, le daba las gracias a cada uno de ellos, llamándolos de nuevo por su nombre”.
El élder Eyring también aconsejó a las personas que recordaran del presidente Nelson sus enseñanzas sobre la revelación. Como en muchos otros aspectos de su vida, el presidente Nelson ponía en práctica lo que predicaba, dijo el élder Eyring.
“En innumerables ocasiones, salía de su oficina para comenzar la reunión de la Primera Presidencia”, recordó el élder Eyring. “A veces sostenía una hoja de papel y decía: ‘Me desperté a las 2:30 de la madrugada, me levanté y escribí esto. ¿Podría leerlo? ¿Qué le parece?’. No recuerdo ninguna de esas ocasiones en la que hayamos hecho sugerencia alguna. Volví a sentir la serena y clara certeza de que el Señor dirige Su Iglesia mediante revelación a Sus profetas”.
El élder Eyring concluyó rogando que “sigamos el consejo profético del presidente Nelson de confiar en la guía revelada del Señor a Sus siervos y en su ejemplo de amor”.