Comienza un nuevo día y a las 5 de la mañana la Dra. Nelly Gordillo se prepara para sus actividades cotidianas que tiene que realizar. Además de ser madre de cuatro adolescentes, es profesora investigadora en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez y Coordinadora de Investigación y Posgrado del Instituto de Ingeniería y Tecnología, trabajo por el cual ha recibido reconocimientos nacionales e internacionales por su contribución científica. La Dra. Gordillo dice que la clave en encontrar el equilibrio entre lo que sucede en su casa y su trabajo radica en colaborar con su esposo e hijos, pero dice que su mayor responsabilidad y satisfacción está en su hogar.
“A mi me encanta la ciencia, me hace feliz porque me ayuda a comprender un poquito la creación. Acercarme un poquito a ese conocimiento me da muchísima felicidad. Es una certeza que tengo de que el conocimiento que adquiera aquí me lo voy a llevar. Sin embargo no me podría quedar con eso si me voy sola. Entonces, en esta etapa de mi vida, tengo que ver mucho por los hijos, tanto yo como mi marido” explicó Gordillo.
También dice que es elemental que las mujeres estén preparadas académicamente y que busquen realizar las actividades que les generan satisfacción. Comenta que el conocimiento que puedan alcanzar en esta vida, no debería ser superficial o sólo mientras se casan, si no que debería ser un conocimiento edificante y eterno, el cual va a fortalecer a sus familias aún más, incluso si la mujer decide quedarse en casa.
“La visión y la perspectiva es más amplia cuando una mujer se prepara. Es siempre tratar de mantenernos dignas para tener el Espíritu y poder potenciar la naturaleza divina con la que venimos”, expresó la Dra. Gordillo.
La abogada Mónica Heslington, quien vive en Nueva York y se especializa en el área de impuestos y planificación de patrimonio, además de asesorar financieramente a coleccionistas de arte, expone que sus logros académicos y profesionales son una forma importante en la que ha contribuido a la sociedad y ha encontrado propósito y felicidad en su vida. Sin embargo, dice que esos logros son solo un paso para un propósito mayor en esta vida.
“Para mi la profesión es solo un recurso para alcanzar otras cosas, yo realmente estoy aquí para ser más como Dios y para progresar. Todos estamos aquí para hacer la misma cosa, para desarrollar más nuestro talento y ser más como Dios, independientemente de ser hombres o mujeres. Yo siempre he pensado que Dios y Jesucristo tienen cada rasgo y característica buena que hay. Para ser una persona íntegra cada persona debe tener esas cualidades sin importar si es hombre o mujer”, expresó Heslington.
Hesligton se refiere a la palabra integridad como un proceso que tiene que ver con la relación estrecha que hay entre ella y Dios. Dice que ella por mucho tiempo sintió un deseo de cumplir con lo que culturalmente se espera de una mujer, que es el tener un esposo y una familia, pero que pudo entender que su propósito en esta vida era diferente e igualmente importante.
“Lo que Dios piensa de mi es lo más importante, pienso que hay que tener una buena relación con Dios y preguntarle sobre cuál es nuestro propósito. Yo recuerdo una noche me arrodillé y le pregunté al Señor sobre la razón por la que no me había casado y recuerdo escuchar una voz que me dijo- te necesito en otra parte de la viña- y yo supe en ese momento que los planes que Dios tenía para mi eran muy diferentes a los que todo el mundo me estaba diciendo. Después de esta experiencia comencé a fijarme más en mi profesión y no estar obsesionada por casarme”, expresó Heslinton.
Diana Menghini, de Puebla y quien estudió su Licenciatura y Maestría en Contabilidad en Brigham Young University, se enfrentó a un dilema opuesto al de Heslington al estar descubriendo su propósito en esta vida. Antes de ser miembro de la Iglesia, Menghini no tenía como uno de sus objetivos principales en esta vida contraer matrimonio ni tener hijos, pero dice que cuando empezó a salir con Travis Menghini, su ahora esposo, se enfrentó con una decisión en la cual tuvo que tomar muchos pasos de fé, desde el momento en el que decidió bautizarse.
“Yo nunca lo visualicé así. Cuando me iba a casar pensé por qué me estaba pasando esto a mi si nunca fue lo que quise, no era algo que yo anhelé ni era el propósito en el que me veía como mujer, pero al mismo tiempo sentía que era lo que Dios quería de mi, y siempre fui tomando muchas decisiones solamente por fe”, señaló Menghini.
Hoy Menghini vive en California con su esposo y sus tres hijos y dice que a pesar de trabajar para una de las firmas más importantes de contabilidad de Estados Unidos tiempo completo, no hay nada que le brinde más felicidad que su familia. Ella dice que siempre busca la manera de estar con sus hijos porque quiere que crezcan bajo su influencia con los principios que ella y su esposo consideran más importantes, que son los principios del evangelio.
“Mi perspectiva cambió por completo, ahora que reflexiono en lo que más me da felicidad, es mi rol como esposa y como madre. En mi caso he podido coexistir, he podido trabajar tiempo completo y siempre he tenido ese deseo de crecer en ese aspecto. Sigo pensando que necesito ser independiente por si algo llega a pasar, puedo hacer muchas cosas por mi misma y no tendría esa dependencia de mi esposo. Pero ahora que soy madre, siento que eso es lo que me da una satisfacción que no se compara con nada”, expresó Menghini.
Angélica Martínez, empresaria y madre de tres niños en Nuevo Casas Grandes, Chihuahua, igualmente se mantiene muy ocupada con sus múltiples actividades diarias. Además de tener un salón de belleza, tiene una tienda de productos naturales y es presidenta de sociedad de socorro de su barrio, además de ser parte del comité de padres de familia en la escuela de sus hijos donde procura estar muy involucrada. Martínez dice que el servicio que ella puede brindar dentro y fuera de la Iglesia le brinda gran felicidad y satisfacción.
“A veces se me hace muy pesado porque quiero estar bien en todo, pero me gusta, y el servir a otras personas me ayuda a estar más activa en la iglesia”. Martínez dice que el realizar todas estas labores de forma activa es posible porque ella encuentra en su esposo e hijos el motor para seguir adelante. Además, dice que ellos son la motivación principal que le siempre le ayudan a brindar servicio a otras personas.
“Nuestro Padre Celestial es tan amoroso que nos ha dado tantas cualidades por las que podemos encontrar gozo. Creo que nuestro propósito y nuestra felicidad se encuentra en hacer lo que nos gusta y buscar cómo podemos servir a Dios y a otras personas con esos dones. Ya seas médico, músico o estilista, el servir a otros con tus talentos te da gozo”, dijo Martínez.
Al igual que Martínez, Diana Angulo, quien es originaria de la Ciudad de México pero se acaba de graduar de BYU-Idaho con una Licenciatura en música, encuentra gozo en compartir su talento musical con otras personas. Angulo considera que su felicidad y propósito en esta vida está directamente relacionado con su capacidad de crear, en su caso, obras musicales que puedan inspirar a otras personas.
“Yo he visto que las personas que se sienten más realizadas son las que fueron parte de la creación de algo nuevo, ya sea la creación de una familia, un proyecto, la creación de música, o de un hijo. Yo soy músico y cuando yo me siento realizada tiene que ver cuando yo creé algo desde cero, algo que vale la pena escuchar y algo especial. Creo que encontrar eso puede darle sentido a la vida cualquier mujer”, expresó Angulo.
A sus 28 años de edad, Angulo trabaja como pianista, además de generar contenido en línea para educación musical, componer piezas musicales y dar clases de piano. Considera que su talento musical es una forma en la que puede servir a otros, y además encontrar su propósito en esta vida. Además, menciona que al esforzarse por cumplir con lo que Dios quiere de ella, sabe que va a ser igualmente bendecida. “Si yo estoy haciendo lo que me toca, no hay nada que pueda arruinar el plan de felicidad que Dios tiene para mi. Creo que el valor que tienes como ser humano es infinito porque creemos que somos todos hijos del mismo Dios y hombres y mujeres tenemos el mismo potencial. Al final lo que Dios espera es que seamos felices”, expresó Angulo.
Helamán Montejo, setenta de área, autoridad eclesiástica de la Iglesia en México, dice que el papel principal de la mujer es inspirar al resto del mundo a llegar a ser como Nuestro Padre Celestial, ya que por su naturaleza tienen cualidades que reflejan características similares a las de Dios.
“En el plan de Dios el propósito de la mujer siempre es el mismo: ella es una compañera, es una ayuda idónea, es una líder, es protectora, es muy similar a Nuestro Padre Celestial y Jesucristo”.
Además, el élder Montejo menciona que un don peculiar de las mujeres es la maternidad, pero que este no se refiere específicamente a tener hijos, sino a su capacidad de amar, enseñar, inspirar, y de formar a otras personas.
De acuerdo al élder Montejo, este mundo necesita de la influencia de las mujeres por su capacidad y talento en todos los ámbitos como artes, ciencia y literatura. Dice que a través de esa influencia ellas pueden beneficiar la obra de Dios, y reivindicar la posición de la familia, de la mujer y de Dios mismo en nuestras vidas a través de la luz de Cristo que ellas reflejan.
“El mundo siempre tratará de tergiversar, de minimizar y de ridiculizar el papel y la influencia de las hijas de Dios. Pero a la luz del evangelio y a la luz de Cristo, ellas siempre brillarán. Y su luz reflejará la luz del Salvador, y si hay algo que este mundo necesita, es la luz del Salvador”.