Se ha dado la palada inicial del Templo de Fort Worth, Texas de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. El élder José L. Alonso, Setenta Autoridad General y Primer Consejero de la Presidencia del Área Norteamérica Suroeste, presidió la ceremonia el sábado 28 de octubre de 2023.
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Durante la oración dedicatoria, el élder Alonso pronunció palabras de reverencia y expresó gratitud por Jesucristo. “Nuestro corazón está lleno de gratitud por el preciado don de Tu Amado Hijo, Jesucristo. Su misión divina proporciona esperanza y propósito. Por medio de Su Expiación, hallamos consuelo durante las pruebas, y mediante Su gracia, somos fortalecidos con fuerza y aliento para servir a nuestros semejantes”, dijo él.
El élder Alonso también pidió bendiciones sobre la comunidad circunvecina y los jóvenes de la región durante la oración dedicatoria.
“Rogamos que tus bendiciones estén sobre todos nuestros amados vecinos, deseándoles paz y consuelo al unirse en la búsqueda del gozo y la esperanza”, expresó, y también pidió bendiciones para los jóvenes de la región, declarando: “Padre amoroso, bendice a los jóvenes de esta región, despierta un interés dentro de ellos con un ferviente deseo de bondad, unidad y verdad”.
El Templo de Fort Worth, Texas fue anunciado en octubre de 2021 por el presidente Russell M. Nelson. La construcción comenzará en un terreno de 3,79 hectáreas (9,37 acres) ubicado al norte de Southwest Hulen Street y Greenridge Drive, Burleson, Texas. Los planes contemplan un templo de una sola planta de aproximadamente 2800 metros cuadrados (30 000 pies cuadrados).
Además del templo de Fort Worth, Texas, el estado de la estrella solitaria tiene otras siete Casas del Señor en funcionamiento, en construcción o anunciadas. Estos son los templos de Austin, Dallas, Houston, Lubbock, Prosper, San Antonio y McAllen. El Templo de McAllen, Texas fue dedicado a principios de este mes, el 8 de octubre de 2023, por el élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles.
Líderes religiosos, gubernamentales y cívicos locales asistieron a la ceremonia de la palada inicial del sábado.
Claire Hunter, una joven discursante de la Estaca Alliance de Fort Worth, Texas, expresó su perspectiva sobre la adoración en el templo y la importancia de esta en su vida. “En el templo me siento espiritualmente en armonía con mi Salvador, y el santuario de paz y consuelo que se siente es algo que no puedes sentir en ningún otro lugar”. Continuó describiendo su experiencia al servir en el templo por primera vez: “Pude oír claramente que el Espíritu Santo me hablaba”.
“Este templo permitirá que quienes han hecho el largo viaje a Dallas durante muchos años asistan a un templo cercano”, agregó Vicki Svendsen, miembro local y residente de Fort Worth desde hace mucho tiempo. Ella rindió tributo a sus bisabuelos que llegaron a Texas en 1860 y se convirtieron en los primeros miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en la zona, estableciéndose a pocos kilómetros de donde estará el nuevo templo.
Ubicado en el centro-sur de los Estados Unidos, Texas recibió misioneros de la Iglesia de Jesucristo por primera vez en 1843. En 1898, unos 300 miembros de la Iglesia se asentaron en tierras compradas por la Iglesia en el noreste de Texas, que se convertirían en la colonia de Kelsey.
El crecimiento de la Iglesia en Texas ha sido rápido en las últimas décadas, con más de 132 000 Santos de los Últimos Días en 1985, hasta poco más de 210 000 en el año 2000. En Texas residen actualmente más de 378 000 miembros de la Iglesia que pertenecen a unas 750 congregaciones.
Los Santos de los Últimos Días consideran que los templos son Casas del Señor y los lugares más sagrados sobre la tierra. Los templos son diferentes de los centros de reuniones (capillas). Todas las personas son bienvenidas a asistir a los servicios de adoración dominicales y a otras actividades que se llevan a cabo entre semana en los centros de reuniones locales. El propósito principal de los templos es que los miembros fieles de la Iglesia de Jesucristo participen en ceremonias sagradas, tales como matrimonios, que unen a las familias para siempre, y bautismos por representante a favor de antepasados fallecidos que no tuvieron la oportunidad de ser bautizados en vida.