El élder Ulisses Soares, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo el miércoles que formar parte de una comunidad religiosa es clave para sobrevivir a las epidemias de ansiedad y desconfianza de nuestro mundo.
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“El ejercicio de la religión ayuda a resolver la pregunta sobre el sufrimiento, no directamente, sino mediante el amor de otras personas, mediante la presencia de quienes han invertido en nuestro bienestar”, dijo el Apóstol a los asistentes al 7.º Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales, celebrado en Nur-Rizo, Kazajistán. “Forma parte del convenio de mi fe el ‘llorar con los que lloran’ y ‘consolar a los que necesitan de consuelo’. A lo largo de la historia, nada ha superado a la religión organizada en su capacidad de fomentar el compromiso con personas concretas que viven en lugares concretos”.
El élder Soares es el primer Apóstol de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en dirigirse al congreso. También recibió una medalla especial de honor entregada por el presidente de Kazajistán, Kassym-Jomart Tokayev.
El élder Soares estuvo acompañado en el evento por el élder Carl B. Cook, de la Presidencia de los Setenta.
Dirigiéndose a líderes religiosos de todo el mundo, el élder Soares dijo que la religión fomenta una “mentalidad centrada en los demás” que “inculca responsabilidad social en nuestra vida que no está basada en el interés propio, sino que constituye una promesa a Dios. Con frecuencia, los creyentes se encuentran en la mejor posición para cuidar de los enfermos, reparar la casa de algún vecino o remediar incontables carencias que nosotros no podemos cubrir por nosotros mismos”.
El élder Soares hizo referencia a un informe reciente de la Sociedad Hebrea de Ayuda al Inmigrante que refleja la importante función que desempeñan los grupos religiosos a la hora de ayudar a los refugiados. Con la ayuda de personas religiosas, los refugiados están encontrando asilo, aceptación y una forma de expresarse.
“Una cultura solo puede ser tan fuerte como los valores de sus miembros”, dijo el élder Soares. “Las virtudes de la honradez, la dignidad, la libertad religiosa, la tolerancia ante las diferencias, el perdón, el aprecio por la belleza y el esfuerzo por ser justos proceden en su totalidad del respeto mutuo entre los ciudadanos. La coexistencia pacífica de diversas prácticas religiosas, opiniones políticas y creencias filosóficas se basa en un rico mosaico de leyes, costumbres, hábitos, moralidad e ideas que están diseñadas para mantener los afectos humanos enfocados hacia el exterior en lugar de hacia el interior”.
El Apóstol alentó a los líderes religiosos a “reflexionar un poco más profundamente, amar un poco más intensamente, comunicarnos con un poco más de claridad y establecer el tipo de conexiones que ayuden a nuestras sociedades a hacer frente a las tormentas de la vida”.
Lee el discurso del élder Soares (disponible en inglés), “Striving Souls and Sustainable Societies: Developing Hope in a World of Suffering”.
Este congreso trianual de líderes religiosos comenzó en 2003 como respuesta a los ataques del 11 de septiembre. La Iglesia de Jesucristo participó por primera vez en 2009, con un discurso pronunciado por el élder Paul B. Pieper, de los Setenta. El élder Jörg Klebingat, de los Setenta, representó a la Iglesia en 2015.