El Templo de Salt Lake, ubicado en el corazón de Salt Lake City, avanzó un paso más hacia la recuperación de su propósito sagrado y central como lugar donde hacer promesas con Dios y unir a las familias por la eternidad.
Durante una pequeña reunión celebrada en la Manzana del Templo en la mañana del martes 2 de abril de 2024, la estatua del ángel Moroni volvió a colocarse en la parte superior de la aguja central este del Templo de Salt Lake. Esta Casa del Señor está sometiéndose a una importante remodelación para mejorar su capacidad antisísmica y de los cimientos desde principios de 2020.
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La colocación de la estatua después de una ausencia de cuatro años (se retiró en mayo de 2020) es un hito notable hacia la finalización del proyecto de renovación del Templo de Salt Lake. “Una parte importante de este proyecto ha sido fortalecer los cimientos del templo”, dijo el Obispo Presidente Gérald Caussé. “El presidente Russell M. Nelson habló al mundo sobre la necesidad de fortalecer nuestros cimientos espirituales en 2021, cuando nos recordó el uso sagrado de la Casa del Señor y dijo: ‘El templo es el núcleo del fortalecimiento de nuestra fe y fortaleza espiritual porque el Salvador y Su doctrina son la esencia misma del templo. Todo lo que se enseña en el templo, mediante la instrucción y el Espíritu, amplía nuestra comprensión de Jesucristo’”.
Dentro de cada uno de los muchos templos de la Iglesia, fieles Santos de los Últimos Días participan en ceremonias sagradas. Una de estas ceremonias, la investidura, proporciona instrucción, convenios y bendiciones prometidas que ofrecen poder, propósito y protección en la vida diaria. Brigham Young y Wilford Woodruff (segundo y cuarto presidentes de la Iglesia, respectivamente) desempeñaron un papel decisivo en el cumplimiento de la instrucción de José Smith de registrar y formalizar la ceremonia de investidura del templo.
Eso hizo posible que más hijos de Dios recibieran las ordenanzas de salvación y exaltación que se proporcionan solamente dentro de los templos.
El presidente Young recibió instrucciones de José Smith de “organizar y sistematizar” las ceremonias del templo después de su introducción por primera vez en Nauvoo, Illinois. El presidente Young también desempeñó una función importante en la supervisión del diseño original y la construcción del Templo de Salt Lake. El presidente Woodruff supervisó la finalización de la construcción y dirigió la primera dedicación del templo el 6 de abril de 1893, hace 131 años.
En el regreso de la estatua también estuvieron presentes y fueron testigos dos personas con conexiones familiares con el Templo de Salt Lake: el élder Larry Y. Wilson y Mark Woodruff, descendientes de los presidentes Young y Woodruff, respectivamente.
“A medida que Brigham Young centraba a los Santos de los Últimos Días en el significado y propósito del templo, trabajó con otros líderes de la Iglesia para organizar la obra”, dijo el élder Wilson, Setenta Autoridad General emérito. “Él llamó a Wilford Woodruff a ser el primer presidente de templo de la Iglesia. Juntos organizaron la obra de los convenios del templo en St. George, Utah. El trabajo de Brigham Young al seguir la instrucción de José Smith de organizar las ceremonias del templo es un ejemplo de cómo funciona la revelación a menudo. Se lleva a cabo línea por línea y precepto por precepto, un proceso que se despliega de manera continua. Después de la muerte de Brigham Young, Wilford Woodruff continuó el encargo de José Smith”.
Mark Woodruff, secretario ejecutivo del presidente Nelson, dijo que el presidente Woodruff hizo todo lo posible por mantener el punto de vista de Joseph Smith y Brigham Young.
“Aunque el presidente Woodruff sabía que la obra continuaría perfeccionándose con el tiempo, también sabía que las familias son fundamentales en el plan de Dios para Sus hijos y que estas necesitaban estar conectadas por la eternidad mediante las ordenanzas selladoras que se llevan a cabo en el templo”, dijo Mark Woodruff.
Él concluyó con esta enseñanza de su antepasado: “La gloria de todo esto es que cuando terminemos, tendremos a nuestras familias con nosotros […] en la mañana de la Resurrección, en la organización familiar del mundo celestial, para morar allí por siempre jamás”.
También estuvo presente en el acontecimiento Emily Utt, conservadora de sitios históricos de la Iglesia, quien recordó la experiencia que tuvo Cyrus Dallin, el consumado escultor que creó la estatua, al esculpir al ángel Moroni a principios de la década de 1890. Dallin dijo del proceso: “me acercó más a Dios que cualquier otra cosa que haya hecho. Me pareció que llegué a saber lo que significa estar en comunión con los ángeles del cielo”.
“Aunque no era miembro de la Iglesia, Dallin reconoció que Dios habla a sus hijos”, dijo Utt. “Su ángel colocado en lo más alto del templo nos recuerda que los cielos están abiertos y que podemos regresar a Él”.