Se espera que cientos de voluntarios de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se movilicen en Florida este fin de semana para comenzar las labores de limpieza tras el paso del huracán Idalia. El huracán azotó la zona de Big Bend del estado, en la costa del Golfo, como una tormenta de categoría 3 la mañana del miércoles 30 de agosto. Los daños a la región se estiman en nueve mil millones de dólares de pérdidas en inmuebles.
- Hurricane-Idalia-Relief
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La Iglesia de Jesucristo está habilitando varios centros de mando en los centros de reuniones de Lake City, Chiefland y Madison.
“Las vidas cambian cada vez que auxiliamos con las labores de ayuda ante desastres”, dijo el élder M. Andrew Galt, Setenta de Área que ayudará a supervisar las labores de limpieza. “Podemos ayudar a mostrar amor a todos los hijos de Dios. Por medio de nuestras acciones, testificamos de nuestro Salvador, Jesucristo”.
Este fin de semana, voluntarios de 15 estacas o congregaciones de Florida y Alabama participarán en las labores de limpieza. Dos camiones de la Iglesia entregarán suministros en la zona. El huracán causó inundaciones y cortes de electricidad en Florida y Georgia. Idalia se ha alejado de la costa, pero sigue siendo una tormenta tropical.
Los misioneros de la Iglesia de Jesucristo se encuentran a salvo. Todos los misioneros de Florida y Georgia que se encontraban en el trayecto de la tormenta, así como los misioneros de las áreas costeras de Carolina del Norte y Carolina del Sur, fueron enviados a otros lugares el lunes 28 de agosto.
Varios edificios de la Iglesia en Florida sufrieron daños, entre ellos centros de reuniones en Cross City, Chiefland, Valdosta, Jacksonville Beach y Perry. [El edificio] de la Rama Cross City tiene daños e inundaciones considerables, y ha quedado inutilizable. También sufrió daños un edificio de la Iglesia en Tifton, Georgia. El lugar donde se va a construir el Templo de Tampa, Florida, en Valrico, no sufrió daños.
La Sala de prensa continuará actualizando esta historia.
Imagen superior por cortesía de Joe Raedle/Getty Images