El 3 de mayo de 2009, el élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, pronunció un discurso desde la Universidad Brigham Young–Idaho titulado “Las cosas como realmente son”. En aquella ocasión dijo: “Elevo una voz apostólica de amonestación sobre el posible impacto opresivo, sofocante, represivo y limitante de algunos tipos de interacciones y experiencias ciberespaciales en nuestra alma”.
Quince años después, durante un devocional mundial para jóvenes adultos el domingo 3 de noviembre de 2024, el élder Bednar compartió “Las cosas como realmente son 2.0” desde el mismo campus en Rexburg, Idaho, y ofreció guía apostólica para vivir el Evangelio en un nuevo contexto tecnológico.
Él recordó a los oyentes que “ni las innovaciones digitales ni los rápidos cambios en sí mismos son buenos o malos”, sino que deben colocarse en el contexto adecuado del plan eterno de felicidad.
Cada innovación tiene potencial tanto para “peligros ilimitados [como para] posibilidades incontables”, dijo el élder Bednar, citando al presidente David O. McKay.
Luego, planteó a los jóvenes adultos las mismas dos preguntas que había abordado en su discurso original:
- El uso de las varias tecnologías y medios de comunicación, ¿invita o impide la compañía constante del Espíritu Santo en su vida?
- El tiempo que pasan haciendo uso de las diferentes tecnologías y medios de comunicación, ¿aumenta o restringe su capacidad de vivir, de amar y de servir en formas significativas?
La inteligencia artificial
Una herramienta tecnológica que ha surgido desde el discurso original del élder Bednar es la inteligencia artificial (IA).
La IA, diseñada para simular la inteligencia y las capacidades de resolución de problemas de los humanos, ofrece “el potencial de avanzar en el conocimiento, mejorar nuestra calidad de vida, facilitar la comunicación y la conexión, mejorar el aprendizaje y el crecimiento personal, y fomentar la creatividad y la innovación”.
El élder Bednar dijo: “La IA también tiene el potencial de oscurecer nuestra verdadera identidad como hijos e hijas de un amoroso Padre Celestial, distraernos de las verdades eternas y de las obras de rectitud necesarias para el crecimiento espiritual, engendrar orgullo y un menor reconocimiento de nuestra dependencia de Dios, y distorsionar o reemplazar la interacción humana significativa.
“Es un conjunto de ecuaciones computacionales que los tratarán como un objeto sobre el que se actúa, si ustedes lo permiten”, advirtió. “No permitan que esta tecnología los tiente a convertirse en un objeto”.
El élder Bednar alentó a los Santos de los Últimos Días a hacer dos cosas al navegar por la intersección de la espiritualidad y la tecnología:
- Reconocer los principios del Evangelio que pueden guiar su uso de la inteligencia artificial.
- Esforzarse sinceramente por tener la compañía del Espíritu Santo y el don espiritual de la revelación.
El élder Bednar también invitó a los oyentes a repasar el documento “Principios para el uso de la inteligencia artificial en la Iglesia”, distribuido por la Iglesia a principios de este año.
Los principios que se encuentran en él pueden “proporciona[r] una base sólida sobre la cual ustedes pueden construir sus protecciones personales contra los peligros del uso inapropiado de la tecnología”, dijo el élder Bednar.
El albedrío moral
Una de las principales advertencias del élder Bednar estuvo relacionada con el albedrío moral, “la facultad y el privilegio de escoger y de actuar por nosotros mismos de maneras que sean buenas, honradas, virtuosas y honorables”.
“Los propósitos fundamentales del ejercicio del albedrío son que nos amemos unos a otros y que prefiramos, o escojamos, a Dios”, dijo el élder Bednar. “El propósito mismo de la Creación y de nuestra existencia terrenal es ver si ustedes y yo escogeremos y actuaremos para llegar a ser lo que el Señor nos invita a llegar a ser”.
Sin embargo, el mal uso de las tecnologías de inteligencia artificial puede tener un efecto perjudicial en nuestro albedrío moral y hacer que nos convirtamos en “objetos sobre los cuales se actúa”.
El élder Bednar se hizo eco de la invitación del presidente Russell M. Nelson a “pensar de manera celestial”, advirtiendo que la IA solo tiene la capacidad de “pensar de manera telestial”.
“No importa cuán sofisticada y elegante pueda llegar a ser la tecnología de la IA, simplemente nunca podrá dar testimonio del Padre y del Hijo, revelar la verdad de todas las cosas ni santificar a quienes se han arrepentido y bautizado”, enseñó el élder Bednar.
“Al ser prudentes, preservar y ejercer nuestro albedrío moral para amar a Dios y servir a nuestros hermanos y hermanas, y tomar al Santo Espíritu por guía, podemos evitar el engaño y prosperar espiritualmente en los tiempos difíciles y benditos en los que vivimos”, dijo.
Las obras de rectitud
El origen de este discurso, dijo el élder Bednar, surgió de un devocional que pronunció en enero de 2024 titulado “Consideren las maravillosas obras de Dios”. En él, describió la importancia de las obras en nuestro progreso espiritual.
Las obras cumplen con el “propósito predominante del plan del Padre Celestial”, que es “proporcionar oportunidades de aprender a Sus hijos procreados en espíritu”, dijo el élder Bednar en ese devocional.
Luego, se hizo eco de ese mensaje en este, diciendo a los jóvenes adultos que “las capacidades divinas para crear y obrar pertenecen exclusivamente a cada uno de nosotros como hijos e hijas de Dios”. Advirtió, sin embargo, que “la dependencia excesiva de la tecnología de la IA ha[rá] que nos volvamos espiritualmente perezosos y superficiales”.
Como ejemplo, el élder Bednar señaló la facilidad de usar la IA para generar un discurso para la reunión sacramental o una lección de la Escuela Dominical, evitando así la oportunidad de crecer espiritualmente mediante el trabajo recto.
“El objetivo no es simplemente producir o presentar contenido impresionante”, dijo; “más bien, es obrar y llegar a ser lo que Dios desea y anhela que lleguemos a ser”.
Mediante el trabajo centrado, sostenido y en rectitud, los Santos de los Últimos Días pueden llegar a ser discípulos más devotos, recibir revelación personal y fortalecer su conversión continua al Señor.
Al final del devocional, el élder Bednar reiteró la importancia de vivir de una manera que invite al Espíritu Santo a nuestra vida.
“Los bendigo y les dejo una promesa para que sepan que, a medida que ‘mir[emos] hacia [el Salvador] en todo pensamiento’ y busquemos la compañía del Espíritu Santo, seremos bendecidos para caminar en la mansedumbre del Espíritu del Señor y tener paz en Él”, dijo él. “‘No dud[aremos]; no tem[eremos]’ y discerniremos la verdad de todas las cosas, incluso las cosas como realmente son”.
Remplazar el temor con la fe
Susan, la esposa del élder Bednar, centró su discurso en superar el temor por medio de Jesucristo al abordar tres preguntas enviadas por jóvenes adultos en un devocional anterior:
- ¿Cómo puedo reemplazar el temor por el amor y la fe semejantes a los de Cristo?
- ¿Cómo puedo mantenerme fuerte cuando me siento tan débil?
- ¿Cómo puedo aprender a confiar en Dios?
Para responder a esas preguntas, ella se valió de su propia experiencia personal y reflexiones de las Escrituras, en especial en relación con Isaías 41:10.
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes”, dice el comienzo del versículo. La hermana Bednar señaló el relato que se encuentra en Lucas 24 del Salvador resucitado cuando caminaba con los discípulos por el camino a Emaús.
“Creo que Jesús camina con ustedes y conmigo en nuestro trayecto por la vida más de lo que jamás sabremos”, dijo ella. “Él está con nosotros”.
Al abordar la siguiente parte del versículo: “Porque yo soy tu Dios que te fortalezco; siempre te ayudaré”, la hermana Bednar compartió una experiencia personal de cuando condujo hasta el hospital de Salt Lake City para estar con su prima, cuyo esposo se había sometido a una cirugía a corazón abierto.
Allí, al ver al esposo de su prima someterse a una transfusión de sangre gota a gota, recordó las gotas de sangre que el Salvador derramó por ella.
“De alguna manera, que no entiendo ni comprendo plenamente, el sacrificio expiatorio de Jesucristo nos da fortaleza y ayuda para hacer cosas difíciles. Somos bendecidos para hacer cosas que no pensamos que podemos hacer”, dijo ella.